Palmicultores del Magdalena en el completo olvido

El aceite de palma es un aceite de origen vegetal que se obtiene del mesocarpio de la fruta de la palma (Elaeis guineensis).

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Pequeños palmicultores del Magdalena han perdido totalmente sus cultivos de palma a causa de la pudrición de cogollo que está afectando la zona, quedando sin medios para poder sobrevivir. Muchos de ellos están vislumbrando la posibilidad de cambiar de cultivos porque no hallan solución a esta temible enfermedad.

Por: Wendy López Picón

Redacción EL INFORMADOR

La palma llegó a Colombia en 1945 cuando la United Fruit Company estableció una plantación en el Magdalena, en 1960 existían 18.000 hectáreas, hoy día Colombia es el primer productor latinoamericano y el cuarto productor mundial, con algo más de 420.000 hectáreas de palma sembrada. Además, el 70% de la producción de aceite de palma se consume en el país.

En Colombia, 116 municipios en 16 departamentos dependen socioeconómicamente del cultivo que genera 128.000 empleos directos y cerca de 200.000 empleos indirectos; de la palma de aceite dependen 130.000 familias.

Pero la vida de estos cultivos que generan empleos, bienestar y supervivencia para muchas familias en Magdalena, se ha visto amenazada por la temible enfermedad de la Pudrición de Cogollo, PC. Esta enfermedad es responsable de grandes pérdidas de plantaciones que continúa avanzando y como resultado, la producción de aceite viene en descenso.

La palma llegó a Colombia en 1945 cuando la United Fruit Company estableció una plantación en el Magdalena, en 1960 existían 18.000 hectáreas, hoy día Colombia es el primer productor latinoamericano y el cuarto productor mundial.

 

La enfermedad

La Pudrición del Cogollo, PC, ha sido la plaga más devastadora de la palma de aceite en América Latina. Los síntomas de la enfermedad se caracterizan por la pudrición de todos los nuevos tejidos, conservándose las hojas que se formaron antes de la infección. En ciertas zonas del país como Tumaco, los Llanos Orientales, e incluso el Magdalena han sido erradicados en su totalidad muchos cultivos a causa de este mal.

Los pequeños palmicultores del Magdalena, específicamente los de Aracataca, tienen todos sus cultivos infectados, como son los casos de María Mozo y Dover Fontalvo.

María Mozo hace 16 años tiene cultivos de palma en el corregimiento Cauca del municipio de Aracataca. Actualmente en su pequeña finca tiene cinco hectáreas de palma las cuales todas están afectadas por el PC.

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“El terreno mío está muy afectado por la PC, estamos muy preocupados porque, así como vamos quedaremos nuevamente sin nada. No hemos recibido ayuda, nuestra zona esta perjudicada, las fincas grandes las han tumbado y están sembrando banano, pero yo no puedo hacer eso porque los recursos no me dan.”, afirma la palmicultora.

María y su familia viven de la producción de palma, y con los cultivos enfermos es poca la ganancia que pueden obtener para su supervivencia.

Algo similar le sucede a Dover Fontalvo, quien hace 19 años tiene su finca en la misma zona, la cual ha construido junto a sus hermanos alcanzando en la actualidad 14 hectáreas de palma, y todas están enfermas.

“Llevo 5 años luchando contra la pudrición de cogollo, he intentado todos los métodos que existen para su manejo y nada ha funcionado. Puedo decir que me siento desahuciado, no existen ya los recursos ni veo solución. La primera siembra de cultivo de palma me la afectó el PC, la erradiqué, conseguí nuevos recursos y sembré otra vez, y de nuevo la plaga está aquí.”, afirma Fontalvo.

Cultivos de palma enfermos.

 

Cambios de cultivos

Ante el desespero de la temible enfermedad que está arrasando innumerables hectáreas en Magdalena, muchos palmicultores han optado por cambiar de cultivos; unos se han inclinado por el banano, otros por el arroz, pero no todos tienen los recursos económicos para realizar el cambio.

“Nosotros vivimos de la producción de la palma porque es lo único que tenemos en el momento, estamos es buscando otras maneras porque la situación está muy difícil. Acá muchos palmicultores han erradicado sus cultivos de palma y se han pasado a banano, pero nosotros no hemos podido ubicarnos aún en que sembrar, primero por la falta de recursos y segundo porque estamos en la búsqueda de cultivo que se rentable.”, dijo María Mozo.

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Incluso la erradicación de las palmas tiene un costo muy alto, que muchos de ellos no pueden pagar. “La erradicación de la palma vale mucho, muchos de nosotros no tenemos para contratar la maquinaria que se requiere para eso, estamos de manos atadas.”, asegura Dover Fontalvo.

En esta finca ubicada en Aracataca sembraron palmas nuevas luego de la erradicación.

 

No reciben ayuda

Estos pequeños palmicultores que son el reflejo del padecimiento de muchos otros, manifiestan no haber recibido ayuda de ninguna entidad del Estado o privada. Aseguran que los han dejado a su suerte, teniendo en cuenta que estos cultivos son todo lo que tienen para sobrevivir.

“No hemos recibido ayuda de ninguna índole, estábamos cortando 15 toneladas de fruto cada ocho días y ahora estamos cortando dos y media y tres cada 20 días. Hoy me tocaba el corte y no lo hicieron porque no se está haciendo nada. A mí no me han ayudado en nada, ni para eliminar las matas malas, todos los venenos y productos que he comprado han sido con recursos propios. No hay ninguna entidad si quiera que haya venido a ver el daño que ha causado la enfermedad en esta zona del Magdalena. Nos tienen olvidados, que nos defendamos como podamos.”, señala Dover Fontalvo.

Los pequeños palmeros piden a gritos la intervención del Gobierno Nacional, “Estamos a la espera de una ayuda, que el gobierno nos guie de qué debemos hacer, de que otras alternativas podemos utilizar.”, afirma.

El PC está acabando con la bonanza palmera.

 

EL DATO

En Colombia la enfermedad fue reportada por primera vez en 1964, afectando un total de 2.800 hectáreas.



Posibles alternativas

Así como muchos no han contado con una solución a corto o mediano plazo a la enfermedad, hay otros palmicultores que han buscado asesorías particulares para poder salvar sus cultivos de palma africana, como es el caso del Ingeniero Agrónomo Edgardo Henríquez Torres.

Henríquez Torres tiene una finca de 45 hectáreas en Tucurinca, que también ha sido afectada y ha erradicado hectáreas, pero al parecer ha podido darle manejo a la enfermedad “se presentaron unos casos donde se hicieron erradicaciones, pero como durante tantos años hemos estado con el cultivo de palma reaccionamos, la solución no la encontramos en la erradicación de la palma o quemarla, llegamos a la conclusión de que se hace una cirugía en las palmas afectadas y se recuperan los racimos de la fruta de la palma.”

Estos palmicultores recibieron una conferencia por parte del Ingeniero Hugo Calvache, quien trabajo en la PC en Centroamérica y les brindó asesoría para que pudieran trabajar más tranquilos y manejando la enfermedad. “Las pérdidas fueron bastante considerables, pero gracias a Dios estamos sobreviviendo a eso. La producción no es igual, pero hay que seguir haciendo buenas labores culturales, buenos drenajes, buena atención al cultivo”.

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El ingeniero asegura que ante la problemática recibían recomendaciones de muchas entidades y todas diferentes que no les generaban alternativas confiables, incluso alcanzó a erradicar 1.500 palmas; y luego de la conferencia han podido detectar mejores soluciones y su producción no ha cesado, aunque no con las mismas cantidades.

EL DATO

Aracataca, Fundación, El Retén y un 20% de Tucurinca están afectados por esta enfermedad.





Escrito por:
Autor: Arnol Sarmiento Cueva

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