La solicitud interpuesta por la Unidad de Restitución de Tierras, URT, Dirección Territorial Magdalena, en representación del pueblo Ette Ennaka busca la restitución de 11.200 hectáreas para esta comunidad.
La demanda interpuesta por la Unidad de Restitución de Tierras, Dirección Territorial Magdalena, para la restitución y formalización de los derechos territoriales de la comunidad Ette Ennaka fue admitida esta semana por el Juez Segundo de Restitución de Tierras de Santa Marta.
La afectación a estas comunidades se enmarca principalmente dentro de la incursión de frentes del ELN y de grupos paramilitares bajo el mando de 'Jorge 40', entre 1995 y 2005. Estas personas confinaron al pueblo Ette en los asentamientos de Issa Oristunna, Ette Butteriya e Itti Takke, y al desplazamiento forzado de muchas familias, lo que dio lugar a la conformación de los asentamientos de Naara Kajmanta y Diwana.
Durante más de nueve años, el territorio de los Ette Ennaka se convirtió en una cárcel debido a la presencia del Bloque Norte de las autodefensas. Las AUC les prohibían a los indígenas realizar sus ceremonias, hablar en su propia lengua, y además restringió drásticamente las entradas y salidas del resguardo. En esta época fueron asesinados más de 30 miembros de la etnia a manos de los paramilitares.
El despacho judicial consideró que, para garantizar la protección de los derechos territoriales sobre los bienes reclamados y una eventual entrega material de los mismos en el marco de la ley, es necesario decretar medidas cautelares respecto de los inmuebles.
Es de resaltar que en esta demanda también se solicita la formalización y adquisición de tierras para la constitución y ampliación del resguardo indígena Issa Oristunna. De igual manera, el juzgado citó a las entidades adscritas a rendir un informe sobre la implementación de manejo y recuperación ambiental del territorio dentro y alrededor del resguardo indígena. La mayor problemática que enfrenta el pueblo Ette Ennaka en la actualidad es la carencia de control de su territorio ancestral y la insuficiencia de tierras para el desarrollo de prácticas productivas y rituales que aseguren la pervivencia física y cultural del pueblo. Actualmente el territorio reconocido a este pueblo indígena por medio de títulos del Incoder es de apenas 300 hectáreas entre los cinco asentamientos: Issa Oristunna, Ette Butteriya, Naara Kajmanta, Itti Takke y Diwana.
