La alcaldía municipal auspició el evento que contó con la participación de 42 propuestas que iban entre la crítica social y la exaltación a personajes destacados en el 2018.
Con la participación de 42 concursantes y varias delegaciones de los diversos barrios de la cabecera municipal se desarrolló el Festival del Periquillo, una tradición que se resiste a morir.
A través de esta manifestación folclórica ancestral, los oriundos de este municipio practican la crítica social y destacan los personajes destacados en distintas áreas ya sea del orden local, regional y nacional.
Y es que la creatividad del puebloviejero para estos días da para todo, destacando por ejemplo: la revelación del fútbol profesional Ricardo “El Caballo” Márquez quien con la camiseta del Unión Magdalena hizo un gran aporte para el ascenso del equipo magdalenense al fútbol de la A; El cantante Martín Elías, (QEPD); Dolcey Gutiérrez, “El rey de la música picante”; y el exdirector técnico de la selección Colombia Néstor Humberto Pékerman, entre otros.
Para la coordinadora de cultura del municipio, Ivón Acosta, se trata de una tradición ancestral que data de la época de la colonia, a través de la cual los lugareños se expresan con sarcasmo ante alguna realidad social, política y económica que afronta el país.
“Desde la administración municipal por intermedio de la coordinación de cultura hemos auspiciado durante estos cuatro años esta manifestación que la gente vive cada 20 de enero y lo más importante es que estamos logrando la atención y participación de los jóvenes”, expresó.
Por su parte, Ponciano Díaz, presidente del comité organizador, destacó el número de participante a los cuales se les premia con un incentivo económico que entrega la alcaldía, el cual oscila entre los cien y trecientos mil pesos.
“Estamos emocionados porque la gente está ´participando y eso nos invita a seguir trabajando por nuestro festival del Periquillo”, manifestó.
Ponciano Ortiz, es un hombre que supera los 70 años y cuenta que la manifestación cultural es tan antigua que recuerda que en su niñez observaba los periquillos en las puertas de las residencias, donde eran ubicados espontáneamente por las familias.
