Noventa años de un hecho que marcó la historia colombiana

Ciénaga
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El relato del historiador Guillermo Henríquez sobre lo que su madre le contó acerca de aquel 6 de diciembre de 1928.

Noventa años han pasado de la "Masacre de las bananeras", un crimen que para muchos aún sigue en la impunidad.

En Ciénaga  siguen rememorando los efectos del inconformismo obrero que no fue respondido con soluciones por parte de la multinacional United Fruit Company, UFC.

Corría el mes de noviembre de 1928, cuando los trabajadores de la UFC se alzaron en huelga pacifica con un pliego de 9 peticiones:

  • • Seguro colectivo obligatorio.
  • • Reparación por accidentes de trabajo.
  • • Habitaciones higiénicas y descanso dominical.
  • • Aumento en 50% de los jornales de los empleados que ganaban menos de 100 pesos mensuales.
  • • Supresión de los comisariatos.
  • • Cesación de préstamos por medio de vales.
  • • Pago semanal.
  • • Abolición del sistema de contratista.
  • • Mejor servicio hospitalario.

Muchos historiadores, a través de relatos de sus padres, recuerdan que en ese entonces el presidente de EE UU, Jhon Calvin Coolidge (1923-1929), por medio de la embajada norteamericana amenazó al gobierno de Colombia, que en ese entonces estaba en cabeza del conservador Miguel Abadía Mendez, advirtiéndole que, si no se tomaban medidas necesarias para neutralizar la huelga de las bananeras, Estados Unidos enviaría a su cuerpo de Marines.

Relato

A la 1:15 de la madrugada del 6 de diciembre de 1928, el general Carlos Cortes Vargas ordenó en la plaza de los Mártires abrir fuego contra los huelguistas, tal como lo indica el historiador y dramaturgo Guillermo Henríquez Torres: "En la plaza de los Mártires, la Estación de Ciénaga o la plaza de la Masacre de las Bananeras de 1928, el general Carlos  Cortés Vargas salió del cuartel de Ciénaga, ubicado en esa época frente a la iglesia San Juan Bautista, en plena plaza del Centenario, venía con sus tropas acampando frente de donde hoy está el monumento.  Allí se encontraba el capitán Garavito con un megáfono, diciéndole a los trabajadores que les daba una hora para que se retirara, pero una hora era insuficiente porque había cinco mil personas en un playón, donde no había ninguna casa de las que hoy existen aquí".

Henriquez Torres evocó a su señora madre: "Mi mamá, que vivía en el segundo piso de la casa Morelli, en la calle 7 con carrera 11, me decía que pasada la 1:00 de la mañana vio el camión de la alcaldía municipal, con los muertos que iban hacia el mar. Ella los vio y tenía en ese entonces 12 años. Esto fue como un castigo, como una venganza para que la historia no se olvide del crimen que cometió Cortes Vargas, en nombre del Gobierno nacional de ese momento".

Una de las discusiones se centra es el numero de muertos dejados en plena plaza de los Mártires. Guillermo Henriquez afirma: "Yo tuve la información del señor Pernett, que él sí vio los cadáveres, lo que pasa es que los quitaron, cuando llegaron los médicos legistas, que eran el doctor Manuel J. del Castillo y Anselmo Martínez, cuando fueron hacer el respectivo levantamiento solo encontraron nueve muertos, simbólicamente los mueve puntos fueron dejados ahí".

Guillermo Henríquez Torres, historiador y dramaturgo.
Guillermo Henríquez Torres, historiador y dramaturgo.