Durante el puente fallecieron los maestros Pedro Villalba y Francisca Bonett.
El gremio educativo de Ciénaga se encuentra de luto por partida doble, el pasado fin de semana fallecieron dos docentes destacados de la ciudad: Pedro Rafael Villalba Villareal y Francisca Elena Bonett Locarno, quienes dejaron una inmensa huella en este municipio, con su dedicación e inspiración para cientos de alumnos cienagueros.
El pasado lunes festivo en horas de la tarde se conoció la triste partida a sus 63 años del Profesor Villalba, en la ciudad de Barranquilla donde estuvo por varios meses en la unidad de cuidados intensivos, debido a una penosa enfermedad, que acabó con su vida sin dar tregua.
Pedro Villalba le aportó mucho al gremio de cultura, folclor y la docencia, laborando en el Instituto Pitágoras de Samos y el colegio Nueva Enseñanzas donde fue asesor de grandes proyectos, e impulsor del programa cultural "Día de la Colombianidad", desfile que desde hace más de 15 años se lleva a cabo todo los 7 de agosto.
El Licenciado Pedro Villalba se destacó por ser un creativo, responsable y dinámico en todas sus actividades y un gran profesional en todo lo referente a la cultura y el folclor
Sus exequias se llevaron a cabo en la capital del Atlántico, diferentes medios y ex alumnos lamentan profundamente el sensible fallecimiento del profe Pedro.
Los cienagueros no se reponían aun de la muerte del Profesor Villalba, cuando al despertar de la mañana del martes 20 de marzo, se conoció la noticia del fallecimiento de la profesora "Pacha", en el barrio La Victoria, a los 71 años, donde por largo tiempo tuvo su escuela San Rafael casa de estudios familiar, que arropó una gran camada de profesionales oriundos de esta tierra.
Francisca Elena Bonett Locarno, fue alcaldesa encargada del municipio de Ciénaga y no fue inferior a ese reto político administrativo, demostrando con creces toda su capacidad, dejando como enseñanza que las cosas en cualquier ámbito se deben hacerse bien.
También su servicio social lo brindó a través del club de Leones Caribe, donde perteneció por muchos años
“Pacha” Bonett era una maestra de las de “antes” y conjugaba en su quehacer, toda una gama de virtudes, aptitudes y actitudes, capaces de formar integralmente a sus educandos. Paz en la tumba de estos dos hijos ilustres de Ciénaga, que dejaron un gran legado y formaron a gran personalidades de bien, transmitiendo valores de excelencia.
