Habitantes de la vereda Cerro Azul, reivindicarán la memoria de sus víctimas

Habitantes de la Vereda Cerro Azul, reivindicarán la memoria de sus víctimas.

Ciénaga
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Con un acto simbólico, liderado por funcionarios de la Unidad para las Víctimas, los pobladores de esta vereda del municipio de Ciénaga (Magdalena) buscan enaltecer la memoria de sus familiares fallecidos.

Miembros del Sujeto de Reparación Colectiva de la vereda Cerro Azul Oasis, del municipio de Ciénaga, realizaron con apoyo de la Unidad para las Víctimas, un acto simbólico en memoria de sus familiares fallecidos el 22 de octubre del 2002.

“Los grupos al margen de la Ley nos decían que debíamos partir rumbo a otra vereda llamada Palmor y que debíamos dejar nuestras tierras. Cuando intentábamos volver para recoger la cosecha y llevarla para alimentar nuestras familias nos decían que no había paso para nadie y las cosechas se perdían. Y si veníamos en botas pantaneras los paramilitares nos hacían pasar por guerrilleros y nos mataban”, afirmó Sergio Antonio Escobar, una de las víctimas de la vereda.

Esneider Romero, recuerda que en aquel momento la vereda se convirtió en un pueblo fantasma., todos debieron abandonar sus viviendas en medio de la zozobra y el miedo y dormir en cuevas o detrás de piedras gigantescas, en completo silencio, acallando el llanto de sus niños para no ser descubiertos por los grupos armados. En los caminos se vivían episodios de terror, ya que era frecuente encontrarse con cadáveres que eran devorados por los perros porque no existía quien les diera sepultura.

“La comunidad era asediada y violentada por ambos grupos. La guerrilla hacía retenes, hurtaba mulas para transportar los cilindros bomba y obligaba a los hombres de la comunidad a cargarlos, exponiéndolos a que en cualquier momento explotaran; acosaban a los jóvenes con engaños para que se unieran a ellos y a las mujeres las asediaban hasta conseguir que tuvieran sexo con ellos”, agrega Romero.

Los constantes homicidios y amenazas ocasionaron que espacios tan importantes para una comunidad como la fiesta de la Inmaculada Concepción o la semana Santa se dejaran de realizar.

Cuatro años después, de forma voluntaria y bajo el acompañamiento de la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Social, la Gobernación del Magdalena, la Alcaldía de Ciénaga, la Fundación Restrepo Barco, Fundepin, el Ejército Nacional, el ICBF y el SENA, entre otras entidades, más de 116 familias retornaron a su territorio con el interés de poder tener allí una vida buena, tranquila y prospera para sus hijos y nietos.