Este y otros actos desalmados son cometidos los fines de semana por inescrupulosos, quienes en alto grado de alicoramiento patean puertas y arrojan piedras a las viviendas, en esta ocasión la afectada fue la sede de la empresa Dolmen, a la cual le destrozaron sus ventanas. El llamado es para las autoridades de Policía, que ejerzan más control y vigilancia.