Exceso de vendedores ambulantes: otra problemática que vive el Camellón de la Bahía

El incremento de vendedores ambulantes hace que los turistas no tengan espacio para caminar sobre el Camellón de la Bahía.

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Por esta época de vacaciones se ha vuelto común ver en los distintos sitios turísticos de la ciudad el desbordado crecimiento de vendedores ambulantes, siendo el Camellón de la Bahía uno de los más perjudicados.

Redacción EL INFORMADOR
Fotos: Edgar Fuentes A.
Imágenes como estas en la que decenas de vendedores ambulantes obstaculizan el paso de los turistas por el deteriorado Camellón de la Bahía de Santa Marta, son las que se ven en épocas de vacaciones como la de estos días sin que las autoridades puedan hacer algo por controlar esta problemática.



Toda una problemática
Este es un problema de espacio público que se vive en la mayoría de los sitios turísticos de la ciudad, pero el de mayor crecimiento y el que menos controlan las autoridades es el de la Bahía de la ciudad, lugar al que llegan cientos de turistas pese a su deteriorada fachada. Allí, cientos de vendedores exhiben toda clase de productos que son el sustento de sus familias, tal vez no sea la mejor manera, pero ante las dificultades la sobrevivencia es lo que prima. Sin embargo, lo que beneficia a unos se convierte en una problemática de espacio público que afecta al comercio, a los bañistas y a la imagen de la ciudad en general.

Sillas, ‘coco locos’, crispetas, tintos, cócteles, gafas, trenzas, cocadas, gafas, protectores para celular, audífonos, churros, masajes, manillas, cervezas, palas para la arena, mangos, entre otros son los productos que se le ofrecen los vendedores a propios y turistas.
 Los turistas caminan en medio de los vendedores ambulantes.


La situación empeora
La situación empeora con la llegada de la temporada vacacional, ya que vendedores informales de distintas regiones, acompañada del ya creciente flujo de venezolanos, acuden a este sitio para hacerse con su sustento diario.
Entonces, la invasión del poco espacio que tienen los turistas para apreciar el majestuoso Morro, la Marina Internacional y las destruidas esculturas de los indígenas Tayronas hace que los turistas se retiren de uno de los sitios turísticos más emblemáticos de la ciudad.



Acoso a los turistas

Estas escenas de vendedores ambulantes acosando a visitantes en las playas además de toda clase de puestos de ventas artesanales tienen que ser controladas por las autoridades tanto de espacio público como policivas, para de esta forma evitar que este fenómeno ampliamente denunciado y que hoy tiene diferentes sectores turísticos de la ciudad, con mayor presencia de comerciantes informales que dé propios turistas siga creciendo de forma desmedida.

El control de la Udep no es suficiente
Pese al control que ejerce la Udep, los vendedores informales se las ingenian para hacerle el quite a estas restricciones y poder vender sus productos.

Los turistas se quejan
Pero los más perjudicados con esta problemática son los turistas, quienes se quejan por la falta de control de las autoridades.
“Tenía muchos deseos de venir a Santa Marta y encontrarme con esto me decepcionó muchísimo, ver tanto vendedor ambulante y desorden, es una lástima que no se vea autoridad, esto afecta mucho el destino”, expresó Laura Vidal, una turista Chilena que decidió pasar sus vacaciones en la ciudad.



Los controles se quedaron cortosEl pasado mes de agosto, y tras la instalación de una mesa de trabajo, líderes de diferentes dependencias de la Alcaldía Distrital en articulación con la Capitanía de Puerto, Policía Metropolitana, entre otras, anunciaron que diseñarían una hoja de ruta que permitiera intervenir operativamente en materia no solo de recuperación del espacio público, sino también de alternativas de inclusión laboral y reacondicionamiento en materia ambiental y sanitaria, pero al parecer estos controles se quedaron cortos con el alto número de vendedores informales.
Termina una nueva temporada vacacional, y el exceso de ventas ambulantes vuelve a ser la cara fea que la ciudad le muestra a los miles de turistas que le apostaron a Santa Marta como destino turístico, sin que las autoridades puedan controlarlo por completo.

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Redacción EL INFORMADORFotos: Edgar Fuentes A.