Mientras en Puerto Mosquito, una infraestructura criminal se robaba 80 litros por segundo a plena luz del día, en sectores de Pescaíto los moradores no tienen agua ni un segundo.
Decenas de ciudadanos se reúnen con carretillas cerca de una manguera para llenar pimpinas y poder abastecer sus hogares del preciado líquido, debido a que abren las llaves en sus casas y no sale ni una gota de agua. Por su parte, el Cartel del agua, afectaba a más de 44.000 samarios con conexiones ilegales.
Según el ministro de Vivienda, Jonathan Malagón, la captura de Pablo Castro, de 59 años de edad; y de Germán David Paredes Duarte de 60, quienes extraían agua de manera ilegal mediante la utilización de válvulas conectadas al tubo de la empresa Essmar, se pudo solucionar el problema del abastecimiento en un 12 % en la ciudad. Miembros del Cartel del agua se llevaban cerca de seis viajes de carrotanques por día para vender el líquido a los samarios de escasos recursos, entre ellos los de Pescaíto.
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En Santa Marta sigue aumentado la población y en el barrio Pescaíto exactamente en la carrera 8 el agua potable no da abasto y cada día se ve más la escasez.
Los habitantes de este sector han tenido que pedir a sus vecinos que les ofrezcan un poco de la que tienen para los quehaceres diarios como alimentación y necesidades fisiológicas.
