Durante viernes y sábado se intensificó el plan de contingencia para abastecer a varios sectores de la ciudad.
Llegar a todos los barrios que por la sequía no se están abasteciendo de agua, es una de las tantas tareas que liderará la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta, Essmar, desde que asumió la operación de los servicios de acueducto y alcantarillado.
En sólo dos días de operación, la empresa ha llegado a más de 67 mil familias que reportaron faltan del preciado líquido en sus hogares. Son en total 90 barrios beneficiados y 216 viajes de carrotanques que se han realizado, sin embargo, algunos barrios decidieron en la mañana de ayer tomarse las vía de hecho.
Vía a Minca cerrada
Desde muy temprano del día sábado, los residentes del conjunto residencial Torres del Cisne decidieron bloquear la vía que conduce a Minca, debido a la falta de agua en sus viviendas.
Los participantes al bloqueo de la vía, que con pancartas salieron a pedir la pronta intervención de la Essmar, por varias horas no permitieron el paso de los vehículos que se dirigían al corregimiento y veredas en vista de la alta demanda turística que por estos días hay en el marco de la Semana Santa.
El bloqueo llegó a su fin cuando la Essmar dispuso de carrotanques y una tractomula para llevarles el agua que hacía 15 días no había en el sector.
Taganga fue otra de las zonas donde llegó la Essmar junto a su gerente, Ingrid Aguirre, quien diálogo con la comunidad sobre cómo la entidad recibió el servicio ante la crisis por la sequía.
Con respecto al agua que se le suministra a Taganga, explicó que esta se deja en una alberca comunitaria y de ahí cada familia tiene derecho a cinco pimpinas que logran almacenar 25 litros, de esa forma se garantiza que todos tengan acceso al preciado líquido.
Por día, la gerente de esta empresa estará visitando entre dos y tres barrios, con el objetivo de verificar las rutas que hacen los carrotanques y contarles a las comunidades cómo va su empresa de servicios públicos luego de asumir la prestación de agua y alcantarillado.
Finalmente, se les lleva un mensaje de ahorro, teniendo en cuenta los déficits de más del 70% que hoy tienen los caudales de los ríos que abastecen a la ciudad.