En un refugio improvisado, habita una familia al borde del río Manzanares.
En medio de los árboles que rodean la ribera entre la avenida Campo Serrano y la Hernández Pardo, duermen sobre un viejo colchón más de dos personas. En el mismo lugar lavan y tienden su ropa a la vista de los ciudadanos que transitan por el sendero peatonal.
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Asimismo, hacen sus necesidades fisiológicas cerca del río y arrojan los desechos al caudal. Según denuncian los vecinos del sector, varios habitantes de calle suelen frecuentar y consumir drogas en la zona.
La comunidad pide a las autoridades mayor vigilancia y controles en el sitio para evitar que se siga convirtiendo en foco de inseguridad. De igual forma para mantener limpias las riberas de los ríos y así mitigar la constante contaminación.