La comunidad está a punto de terminar la primera fase de tres que hacen parte del proyecto creado por la misma.
Con la idea de instalar 16 cámaras de seguridad en el barrio San Jorge para ponerle frente a la delincuencia que azota esta localidad, la misma comunidad emprendió el proyecto que desde el mes pasado le dieron a conocer a EL INFORMADOR y que hasta la fecha van ocho de estos dispositivos instalados.
“La idea es que cuando se ejecuten las tres fases, las cuales se proyectan que se culminarán a fin de año, sean 16 cámaras en total en todo el sector, con el propósito de velar por la seguridad de sus habitantes y a su vez, vigilar a los extraños que arrojan las basuras a la entrada del barrio y que está generando una problemática ambiental”, dijo Wadit Rangel, presidente de la Junta de Acción Comunal.
La primera fase
El líder de la JAC, dio a conocer la terminación de la primera fase, que fue la instalación de tres cámaras repartidas en diferentes puntos neurálgicos de injerencia de la delincuencia y cultura ciudadana; estos fueron: uno en la entrada al barrio, en toda la carrera 16 con calle 2, las otras dos en la carrera 2 y la carrera 16 B.
El presupuesto fue gestado por la misma comunidad a través de actividades sociales como bingos bailables y rifas, que les permitió recaudar un monto de 3 millones 60 mil pesos y la otra parte fue con el apoyo del patrocinio de una empresa nacional que les donó 560 mil pesos.
Hace algunos años, los atracos, como cuentan los habitantes de la zona, mantenían en vilo la tranquilidad de sus habitantes.
Así funciona
En la casa comunal estarán los monitores de vigilancia y es por eso que el comandante del cuadrante de la Policía Metropolitana se encargará de ayudar a monitorear con ayuda de los líderes comunales.
La meta es que las 16 cámaras de videovigilancia de circuitos cerrados privados se integren con el monitoreo y grabación al igual que a través de sus teléfonos celulares.
El líder explicó que la estrategia consiste en que cuando se presenten los hurtos o agresiones, la comunidad, a través de botones emergencia o de pánico, le indique a la Policía el lugar y así inmediatamente por medio de los monitores, los oficiales tengan los detalles de quienes son los agresores.
“Al disponer de video se puede reaccionar mucho más rápido. Además, las imágenes pueden tener valor probatorio para los jueces”, afirma el presidente de la JAC.
La segunda y tercera fase
Para la continuación de este proyecto de seguridad, Rangel expuso que retomarán actividades para recaudar fondos y con estos comprar el resto del cableado para el resto de las cámaras, las cuales cada una sale por 350 mil pesos y que hacen parte de la última fase junto con la instalación de los discos duros con capacidad de tres teras cada uno y la memoria (DVR) de estos aparatos.
Hoy, los avances de seguridad de esta comunidad se convirtieron en el plan piloto del barrio para dar un salto tecnológico en la prevención del delito y como veedor a los que infringen las conductas de la cultura ciudadana.
El líder del barrio afirmó que espera la cooperación de todos los vecinos para cuando las cámaras se encuentren instaladas en su totalidad y velen para que los amigos de lo ajeno no se apropien de estas.
“Por lo pronto los moradores se encuentran muy contentos porque esto servirá para minimizar el impacto de la inseguridad y la delincuencia en este sector”, concluyó el líder.
