El crecimiento poblacional y la llegada masiva de desplazados, sin un progreso similar en infraestructura y servicios básicos, ha generado un deterioro en el bienestar de los samarios.
Según el estudio ‘La pobreza en Santa Marta: los estragos del bien’, elaborado por el economista Adolfo Meisel Roca y la investigadora del Centro de Estudios Regionales, Ceer, Diana Carolina Riciulli, el Distrito ocupa el tercer lugar de las ciudades capitales con más pobreza en Colombia.
El documento que estudió la pobreza en Santa Marta y que busca plantear soluciones adecuadas que permitan avanzar en su superación, mostró el retroceso vivido en la ciudad durante la década de 1990.
Señala que en 2017 el porcentaje de personas viviendo en condición de pobreza monetaria en Santa Marta fue de 33%. Con este resultado, la ciudad se ubicó como la tercera con mayor pobreza en la región Caribe, superada solo por Riohacha y Valledupar.
Según el estudio, el resultado contrasta con lo que se vivió tres décadas atrás. En 1985, el indicador de Necesidades Básicas Insatisfechas, NBI, posicionó a Santa Marta como la ciudad con menor pobreza entre las ocho capitales de la costa Caribe.
El estudio como interrogante, expone: ¿cuándo inició el retroceso? en el periodo entre 1985 y 1993, mientras que Cartagena y Barranquilla redujeron su pobreza en nueve puntos porcentuales, la de Santa Marta aumentó un punto.
El documento indica que la pobreza en el Distrito se concentra en las faldas de los cerros que rodean la ciudad y en otras zonas del casco urbano. Algunos de los barrios con más miseria son María Cecilia, Cerro Las Tres Cruces y La Paz.
Arribo de
desplazados es clave
El estudio expone que el crecimiento poblacional y la llegada masiva de desplazados, sin un progreso similar en infraestructura y servicios básicos, ha generado un deterioro en el bienestar de los samarios, lo cual se traduce en altos índices de pobreza.
Según el Registro Único de Víctimas, en el periodo entre 1985 y 2017, Santa Marta fue la tercera ciudad que más recibió desplazados en el país, después de Bogotá y Medellín. Ante esto el estudio expone que se debe pensar en los recursos del posconflicto.
Esta problemática también influyó en el bajo logro educativo de la población. Precisamente, es en este último tema en el que se encuentran los principales retos de la ciudad. Santa Marta ocupa los últimos lugares en indicadores de calidad educativa: en las pruebas Saber 11 de 2017 los estudiantes samarios solo superaron a los de Quibdó.
“Hicimos un trabajo sobre Quibdó, no hay mucha desigualdad. No hay un hotel donde quedarse, es estract0o uno, dos y tres, no hay infraestructura y Santa Marta está allí con Quibdó”, comparó el economista Adolfo Meisel Roca, quien agregó “Santa Marta tiene universidades, tiene puerto, Barranquilla cerca, tiene conexiones con el interior del país, un sector turístico aerodinámico; cosas que serían impensable para Quibdó, si Quibdó tendría eso, quedaría sola Santa Marta, es lamentable”, explicó.
Acciones a emprender
El documento describe que para superar el rezago en pobreza que tiene la ciudad, se deben priorizar inversiones en cuatro sectores: educación, vivienda, acueducto y alcantarillado, y empleo.
En educación se deben invertir 207 millones de dólares; 97 millones de dólares en reubicación de viviendas, 69 millones de dólares en acueducto y alcantarillado y 60 millones de dólares en capacitación para ingresar al laboral.
“El costo total aproximado de estas inversiones es de 433 millones de dólares en los próximos 12 años, los cuales se podrían financiar con un mayor esfuerzo fiscal local y una mayor calidad del gasto público. Implementar esta estrategia permitirá revertir la tendencia mencionada y llevar la pobreza de Santa Marta al promedio que tendrán las 23 ciudades principales e intermedias de Colombia en 2030”, señala el documento.
