El pescado es uno de los alimentos con mayor riesgo de descomposición inmediato por sus condiciones físico-químicas, en especial, por la cantidad de agua que contiene.
Con el propósito de garantizar el consumo saludable del pescado durante los días santos, le damos las siguientes recomendaciones:
- Verificar que la congelación esté en el entorno del producto y no alrededor del mismo con excesos de hielo. Debe estar en un ambiente de refrigeración.
- El pescado no debe estar descongelado o en proceso de descongelación.
- Los ojos del pescado deben estar turgentes y no arrugados.
- La piel debe estar humectada, sobre todo en pescado sin escamas como la trucha o el bagre.
- Se debe conservar el olor a pescado y no a amoniaco o putrefacción.
- Al tocar la piel del animal se debe percibir la firmeza de la carne.
- El pescado no debe tener resequedad y sí una conservación húmeda.
- Evitar los productos con abundante escarcha o hielo porque sería señal de un recongelamiento.
- Acudir a sitios autorizados y con condiciones sanitarias óptimas para el expendio de pescado.
- El pescado requiere una temperatura de conservación tan baja como sea posible y se deben evitar las oscilaciones. Tanto en los servicios de alimentación como en casa debe conservarse como mínimo a 18º C bajo cero. La congelación sirve para conservar pescados y mariscos durante meses.
En la segunda planta del Mercado Público de la ciudad usted puede encontrar la sección de pescadería y carnes frias, con distinta clase de productos, precios; los vendedores buscan ofrecer los mejores productos para usted.
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