Llenas de lodo quedan las calles de la ciudad después de cada lluvia, convirtiéndose en un peligro para peatones y conductores de vehículos.
Hecha un barrial. Así queda Santa Marta después de cada lluvia. Calles pavimentadas quedan vueltas un lodazal.
Tras las precipitaciones que se registraron durante las tardes del jueves y el viernes, las vías de sectores como Chimila, 17 de Diciembre, María Eugenia, La Lucha, Las Malvinas, Pescaíto, El Líbano, San Pablo, entre otros, quedaron llenas de lodo.
La situación supone un peligro tanto para los peatones, quienes corren el riesgo de resbalarse y caer al suelo; como para los conductores, cuyos vehículos podrían deslizarse y ocasionar un accidente.El escenario pone en evidencia la erosión de los cerros que rodean a la ciudad, como consecuencia de la tala indiscriminada de árboles y construcciones improvisadas e ilegales.
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El hecho también deja en entredicho la eficiencia del trabajo de la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta (Essmar), que tiene la obligación de recoger los sedimentos que quedan regados en las calles.