Ciudadanos opinan sobre el drama que viven los pequeños del hermano país, quienes no pueden acceder a las escuelas por problemas relacionados con su documentación.
Tras un informe especial publicado por EL INFORMADOR, que revela el sufrimiento que viven las familias venezolanas que llegaron a Santa Marta en búsqueda de mejores condiciones de vida y oportunidades de educación para sus hijos, y que se encuentran con obstáculos al momento de intentar conseguir una matrícula para los niños en los diferentes colegios de la ciudad, los samarios se pronuncian sobre el tema.
Y es que las escuelas no pueden permitir el ingreso de estudiantes provenientes del país vecino sin los respectivos documentos establecidos en las leyes migratorias, de lo contrario corren el riesgo de recibir una sanción económica por parte de Migración Colombia, por lo que las instituciones educativas optan por no autorizar las inscripciones.
Esta situación mantiene indignados a los samarios quienes piden que las autoridades busquen la pronta solución para que ni un solo niño venezolano en la ciudad se quede sin asistir a clases.
Opiniones
“Este es un problema que tiene el Estado, no solo en Santa Marta. Los venezolanos se han extendido en todo el territorio nacional. Los cancilleres deben actuar para que esta población no sea tan afectada, especialmente los niños, quienes tienen restringida la posibilidad de estudiar, de luchar por sus sueños. Son seres humanos que merecen respeto y una atención”, sostuvo Luis Gutiérrez.
Para Javier Cucuruba, “el Gobierno, el Distrito y el Departamento deben buscar mecanismos concretos para que esos pequeñs no se queden sin estudio, ya que ellos no tienen la culpa de la problemática tan grande que vive su país”.
Tomás Toncel, expresó: “Yo como ser humano comprendo a los venezolanos. No entiendo por qué les piden tantos documentos para acceder al sistema educativo, siendo personas desplazadas por la violencia. Por lo tanto, tenemos que ser humanitarios con ellos, la educación no se le niega a nadie y menos a unos niños. Ellos vienen con la esperanza de estudiar acá en Colombia, de surgir por lo que ha pasado en Venezuela, deben darles las matriculas”.
“No importa donde estés, la educación debe ser sin obstáculos. Son niños que necesitan estudiar. Yo tengo dos hijos, pero ellos se quedaron estudiando en Venezuela. A veces quiero traerlos, pero con todas esas barreras...”, dijo Verónica Chinchiná, venezolana.
Samarios esperan los pronunciamientos del alcalde Rafael Martínez y la gobernadora Rosa Cotes, y que brinden soluciones para esta población vulnerable que se encuentra radicada en la ciudad.
