450 trabajadores se quedaron sin empleo y 150 pacientes hospitalizados serán trasladados a otras clínicas.
Como lamentable calificó Víctor Castillo, presidente de la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV), la decisión de tener que cerrar la Clínica en Santa Marta como consecuencia de la culminación de un contrato de prestación de servicios profesionales suscrito con Caprecom EPS, entidad hoy en liquidación, y por la imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre la compra del predio en el que se encuentra el centro de salud.
Tratando de evitar que la situación llegara a estos extremos, la FCV realizó múltiples solicitudes y gestiones desde hace tres años a Caprecom EPS, en administración de la doctora Luisa Tovar, para adquirir el terreno o prorrogar el arrendamiento, sin haber podido llegar a un acuerdo satisfactorio entre las partes, agregó el médico.
“Desde 2013 veníamos advirtiéndole al Gobierno Nacional, a Caprecom, que esto iba a suceder, pero a pesar de las diversas reuniones, no se tomaron decisiones al respecto y hoy estamos abocados a cerrar la clínica porque el contrato se acabó”, sostuvo Castillo.
La FCV intentó comprar el predio
“Hace tres años le ofrecimos a Caprecom comprarle la clínica, hicimos un acuerdo preliminar, unos avalúos del Igac, llegamos a un acuerdo del valor de la clínica, pero de un momento a otro no nos volvieron a recibir, nos dijeron que ya no estaban interesados”.
El presidente de la FVC afirmó que recientemente se pusieron los terrenos de la clínica en venta, pero el precio que pedían estaba muy alejado de lo que realmente costaban.
“El liquidador hace un mes puso en venta el predio por un valor exorbitantemente alto, razón por la cual nadie se presentó a comprarlo. Pidieron 38 mil millones de pesos, aunque el último avalúo indicaba que costaba 18 mil millones de pesos, millón por metro cuadrado; pero como pasaron por ahí una vía, y se redujeron los terrenos, se le quitaron más de mil metros, todavía había que restarle eso al valor comercial”.
Los afectados
“El abogado de la liquidación nos dijo que entregáramos el predio, lo vamos a hacer en las próximas dos semanas, mientras trasladamos pacientes y desocupamos la clínica. Ya le estamos informando a los trabajadores que lamentablemente no hubo acuerdo y no podemos prorrogar los contratos; 450 empleados se queda sin empleo, hay alrededor de 150 pacientes hospitalizados, vamos a solicitar a las EPS, de acuerdo con sus contratos, para hacer traslados a las otras clínicas, incluso hacia Barranquilla”.
No se reabrirá la clínica
El Presidente de la FCV descartó abrir una nueva clínica en esta ciudad, debido a la complejidad. Pese a que 95 por ciento de los equipos son propios, se les dificulta la consecución de una infraestructura apta, por tanto los bienes serán trasladados hacia Bucaramanga.
“Abrir una clínica es muy complejo, existen unas especificaciones de construcción muy altas, el tema de la habilitación se toma mucho tiempo, no hay un predio en Santa Marta donde se pueda hacer esto”.
Alcaldía debe 5.400 millones a la FCV
Aunque el tema principal es que no se llegó a un acuerdo con Caprecom, hay varias deudas vigentes por la prestación de servicios que complican las finanzas de la cardiovascular.
“Santa Marta nos debe más de 5 mil millones de pesos desde hace varios años y la Alcaldía -primero a cargo de Carlos Caicedo y ahora de Rafael Martínez- persistentemente se ha negado a pagarlos. Nunca nos han dado una cita para conversar; creen que todos los privados somos ladrones. Me parece inaudito que la administración municipal no agradezca ni tiene en cuenta que esté uno ahí sirviéndole a la comunidad, lo que quiere decir que no nos necesita. Lo más grave es que la plata está en el Ministerio de Hacienda”, expresó Víctor Castillo.
Entre otras deudas que tienen con la Fundación Cardiovascular están una de Caprecom en liquidación por $7.200 millones y una de Salud Vida por $10.503 millones.
Santa Marta se queda sin el principal centro de urgencias, recordemos que el Hospital Universitario cerró el servicio de emergencias. Esta clínica atendía el 80% de los requerimientos de urgencias según las estadísticas presentadas por el Presidente de la FCV.
Sorpresa para los trabajadores
La decisión del cierre de la Cardiovascular tomó por sorpresa a los trabajadores, quienes protestaron ayer en la noche a las afueras de la Fundación, rechazando la forma como fueron avisados y la falta de gestión por parte del Gobierno Nacional para evitar esta crítica situación.
“Nosotros teníamos la esperanza de que habría una prórroga y no la hubo, vimos en los medios de comunicación que la clínica se acabó, no sabíamos de la decisión que habían tomado, nos informaron casi a las 7 de la noche”, sostuvo Marelvi Terán, enfermera del centro asistencial.
Los protestantes fueron enfáticos en manifestar que los trabajadores son más de 450 personas y que la responsabilidad de ellos llegó hasta ayer. Están en conversaciones para decidir si siguen velando por la salud de los pacientes que aún no han sido trasladados.
“Muchas familias conforman la Fundación Cardiovascular, es una familia grande , nos vamos a reunir para determinar qué hacer, si seguimos viniendo hasta el 10 de enero o simplemente no venimos más porque no tenemos ningún tipo de contrato, ni garantías , los perjudicados más que nosotros son los pacientes” , expresó el médico Francisco Reyes.
Para los afectados, el cierre de la Cardiovascular demuestra la improvisación que tiene la salud en Colombia.
“El Estado no obliga que se hagan los pagos adecuados, nuestro Ministro de Salud y el Presidente haciendo acuerdos y arreglos en cualquier cantidad de cosas en vez de preocuparse por la salud del pueblo”. Dijo Reyes.
Por: María José Andrade
redactora EL INFORMADOR
