Las tortugas que fueron introducidas al mar por parte del grupo de conservación de tortugas de Corpamag y el Acuario , en su mayoría fueron rescatadas de los depredadores y entregadas por pescadores en criticas condiciones de salud por las afectaciones que les causa los desechos que arrojan las personas al mar . Los ejemplares de la especie caretta caretta durante meses permanecieron en tanques que van de los 8.000 a los 30.000 litros de agua en un ambiente que fue controlado por filtros que garantizaban las condiciones de recuperación.
Entre las tortugas liberadas se encontraba un enorme macho adulto que garantizaría la reproducción de la especie.
Seis de las siete clases de tortugas marinas del mundo se reproducen y desovan en el país. La otra, la tortuga plana, está exclusivamente en Australia.
Todas las tortugas que se introdujeron al mar tienen unas marcas externas que permiten que quien las encuentre en las costas pueda reportar el hallazgo. Las tortugas llevan un código que las identifica y un correo electrónico adonde se pueden comunicar cuando las encuentran.
El tiempo es vital para garantizar la mayor cantidad de neonatos; factores como las altas temperaturas o depredadores ponen en riesgo la anidación. Los especímenes permanecen en el lugar de 8 a 13 meses, hasta cuando están en condiciones de ser regresados al mar. Lo que se logra en ese tiempo es que los neonatos se conviertan en jóvenes que mantienen todos sus instintos naturales, lo que les permite acoplarse bien al entorno.