Es evidente, tal como queda registrada en la imagen, la terrible, osada y hasta estúpida decisión del motociclista en querer cruzar con sobrecupo la Doble Calzada, a la altura de la prolongación de la Avenida del Libertador, entrada a la Urbanización El Líbano.
Esta situación no se presentara tan seguida, de no ser por la demora que llevan las obras en la vía, que ha impedido por más de dos años conectar la Libertador con la entrada al Líbano. La contratista Ruta del Sol II ha dispuesto de separadores de pasta que poco o nada respetan los conductores, y que se convierten en en ‘pañitos de agua tibia’ frente al congestionado tráfico. No sea que al final haya un accidente que lamentar debido a tan arriesgada maniobra.
