La senadora considera que poner al Congreso a legislar, “en contra de los intereses de los colombianos, como sucedió con el plebiscito”, debilitó la institucionalidad.
Paloma Valencia, nacida en Popayán, con raíces tolimenses y costumbres bogotanas, conversó para EL INFORMADOR sobre su cariño hacia la ciudad de Santa Marta y sus recuerdos de infancia en esta ciudad. Además reseñó su reto de ser mamá, senadora y precandidata presidencial al mismo tiempo, y finalmente nos contó las enseñanzas que le dejo el periodismo y las vivencias que tiene hoy con la política.
Nicolás Ordóñez (NO): Senadora Paloma Valencia, su nombre dentro de la lista de precandidatos a la Presidencia de la República fue una de las sorpresas en la pasada convención del Centro Democrático, ¿ Qué representa esa responsabilidad? ¿Cómo asimilarla? Sobre todo ahora que tiene al lado a su nueva compañera de todas las horas, su hija Amapola.
Paloma Valencia (PV): Es un gran honor ser precandidata del Centro Democrático, porque yo creo que este partido está haciendo alternativa política en dos sentidos, por una parte, porque somos una ideología contraria a la del gobierno, no consideramos que darle premios y favores a los terroristas favorezca el proceso de consolidar la paz en el país, y tenemos un discurso que busca fortalecimiento de las instituciones que es la única manera de construir un país sin violencia, pero creo que el Centro Democrático tiene que ser también alternativa en la forma de hacer política y creo que en esto también tenemos una diferencia, no tenemos mermelada, no tenemos burocracia, y esperamos poder presentarle a Colombia como se está haciendo, no solamente unas propuestas, sino una persona, que encarne los valores éticos que debe tener un político en un país como Colombia. De manera que para mí es un enorme honor, pero claro, requiere mucho tiempo y eso ha sido difícil de acoplar los equilibrios entre Amapola y la política, porque ambas exigen muchos esfuerzos, mucho tiempo y en términos de mis capacidades para hacer campaña, como le hacía antes, dedicada a recorrer los pueblos de Colombia, pues con la bebé tengo las restricciones que imponen su corta edad y sus requerimientos alimenticios y sus necesidades como bebé.
NO: Paloma está a punto de terminar su legislatura en el Congreso, hubo un debate intenso, el de equilibrio de poderes donde se argumentó de su parte qué hay un problema en la institucionalidad en los pesos y contrapesos, donde además usted propuso un proyecto de ley, al final no hubo una solución, ¿En qué estamos hoy? ¿Cuál debería ser la solución? ¿Le hace falta al país jueces/jurados de Conciencia?
PV: El Gobierno ha destruido la institucionalidad en Colombia, poner un congreso a legislar en contra de los intereses de los colombianos como sucedió con el plebiscito desconociendo las mayorías, debilitan la institucionalidad, como lo debilita el hecho de que se elijan jueces a los cuales se les exige lealtad al gobierno y a las políticas de gobierno y no apego a la ley e independencia en su ejercicio, yo creo que este ha sido un gobierno desastroso en términos de las instituciones de Colombia, tanto así que hoy un grupo terrorista tiene mejor imagen que el Presidente, que el Congreso y que la Corte Suprema.
Yo creo que el proyecto que presentó el Centro Democrático fue fundamental porque cerraban las puertas giratorias entre la política y la rama jurisdiccional. Al mismo tiempo buscaba generar una justicia mucho más eficiente más parecido a la tutela, con mayor sencillez, procedimientos más efectivos y términos perentorios, magistrados con más edad que dieran garantía de no utilizar las cortes como plataforma para adelantar sus carreras, por qué buscaba además resolver problemas muy graves como el alejamiento de lo que es justo frente a lo que creen los colombianos y las decisiones que toman los jueces y por eso habíamos propuesto para algunos procesos jurados de conciencia, donde esos procesos que son insignia obedezcan al sentido justicia del pueblo colombiano y no al sentido de justicia que cada vez nos parece más injusto que parece estar dominando algunos jueces de la rama jurisdiccional.
NO: ¿Cómo ha sido eso de ser mamá, senadora y precandidata al mismo tiempo? Hay una entrevista donde usted responde sobre la licencia de maternidad y tiene una postura distinta, al menos a la tradicional, ¿Podría explicarnos de qué se trata? Sobre todo esa frase donde dice que la licencia de maternidad “debería ser opcional y no obligatoria”.
PV: Bueno, yo creo que eso fue una interpretación equivocada del periódico que me hizo la entrevista, yo no creo que la licencia deba ser opcional, sino que la licencia tiene que buscar unos mecanismos para que no se vuelva un impedimento para que mujeres en edad reproductiva sean contratadas o sean excluidas del mercado laboral, porque lo que uno ve es que las mujeres siguen teniendo salarios sustancialmente más bajos que los hombres, siguen teniendo dificultades para el ascenso, y muchos estudios muestran que eso está ligado a la licencia de maternidad, entonces lo que necesitamos son alternativas para que equilibren eso para los dos géneros, por ejemplo, extender una licencia de igual tiempo para los hombres, o licencias compartidas, de manera que sea opcional para la mujer decidir si ella la toma, o la toma su pareja, o alternativas como las que hay en otros países donde hay una flexibilidad mayor, por ejemplo el teletrabajo, o las salas de lactancia en los trabajos, he incluso la posibilidad de que la mujer pueda llevar su niño al trabajo, yo creo que todo eso hay que pensarlo por qué la licencia es muy buena para quienes la estamos recibiendo hoy, pero puede ser muy grave para la mujeres jóvenes, que pueden hoy resultar siendo menos contratadas precisamente porque otras mujeres estamos disfrutando de ese beneficio. De manera que yo para Amapola espero que ella pueda vivir en una sociedad donde haya equidad de género y que cuando ella pueda ser madre, o cuando ser una mujer joven tenga los beneficios de poder estar con sus hijos y que al mismo tiempo tenga los derechos como un hombre a mantener su trabajo y poder ascender profesionalmente
NO: ¿Extraña el periodismo o se mantiene el romance con la política?
PV: El periodismo tiene una cosa que es maravillosa y que lo hace a uno muy feliz y es que las polémicas tienden a ser mucho menos apasionadas a las personas, es decir, cuando uno está en una discusión como periodista y está discutiendo o está haciendo un análisis pues la gente tiende a ser mucho más respetuosa de lo que lo es con los políticos, creo que en Colombia el hecho de el desprestigio de los políticos ha llegado a que la gente considere que puede maltratar a los políticos, que puede abusar del humor, o de del buylling, o de las redes sociales para lastimar a las personas, y creo que esa despersonalización que sufren los políticos es sumamente triste y sobretodo riesgosa porque lleva a el país a no querer entender a quienes piensan diferente, y simplemente apartar el debate a través de las descalificaciones personales.
NO: Paloma, usted es payanesa, estudió en Bogotá, se siente tolimense, visita constantemente el Eje Cafetero, ha venido a la Costa Caribe, ¿Qué mensaje darle a los Samarios? ¿Qué recuerdo le trae Santa Marta a Paloma Valencia?
PV: Santa Marta me trae todos los buenos sentimientos porque en mi infancia siempre pase vacaciones allá, en el hotel Irotama que siempre nos llevaba, y pues mi abuelo materno siempre tuvo una finca en Santa Marta. Entonces mi mamá tiene gran apego por esa tierra porque allá paso todas sus vacaciones de infancia, entonces yo la llevo mucho en el corazón; para mí Santa Marta es sinónimo de todo lo lindo, es el sinónimo de la paz, de la tranquilidad, de lo que es maravilloso, del descanso, de los sitios más hermosos de Colombia, que creo que están allá, y de ese tesoro que es el parque Tayrona, de esa Sierra Nevada que es símbolo de nuestra Colombia, y sobre todo de la unión de todas las gentes que están ahí, porque uno se encontraba con los locales, con lo samarios, con los indígenas, con los visitantes de Bogotá, con los de Santander; creo que era un epicentro de confluencia de lo que es la colombianidad.
La Sierra Nevada, símbolo de nuestra Colombia. Santa Marta es sinónimo de Paz. Y el Parque Tayrona es un tesoro”, Paloma Valencia Laserna, senadora y precandidata presidencial.
