“La educación es el motor de la transformación social”: Adriana Santarelli

Adriana Santarelli Franco, directora de la Universidad Cooperativa de Colombia, UCC, en Santa Marta.

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Comprometida, recta, pero sobre todo feliz, así es la mujer que dirige una de las universidades más importantes en la ciudad, una santandereana que se enamoró de la capital del Magdalena.

Por: Daniela A. García Gómez
Redacción EL INFORMADOR
Foto: Edgar Fuentes

Adriana Santarelli Franco, directora de la Universidad Cooperativa de Colombia, UCC, en Santa Marta, está convencida de que la educación es la clave para el éxito y para lograr cambios en la sociedad.

“La educación permite que la gente haga caminos, se desarrolle, conozca otras perspectivas de la vida y abra su mente, su corazón, sus ojos e integre esos conocimientos para producirle bien a la sociedad”, dice la ingeniera industrial en entrevista con EL INFORMADOR desde su oficina en la alma mater.

Y ella, graduada con honores en el bachillerato y cum laude en la universidad, sí que se dedicó a formarse, algo que le ha permitido alcanzar el éxito a lo largo de su carrera profesional.
Esta santandereana ha ocupado cargos directivos y gerenciales en la mayoría de las empresas e instituciones en las que se ha desempeñado.

Confiesa, además, su amor y compromiso por el trabajo, un valor que heredó de su madre, y que conjuga con la serenidad que aprendió de su padre.



EL INFORMADOR (EI): ¿Nació y creció en Santander?

Adriana Santarelli Franco (ASF): “Sí, nací en Bucaramanga, soy santandereana. La primaria la hice en Barranca, luego regresé a Bucaramanga, donde hice el bachillerato y la universidad. Estudié en el colegio La Presentación, que tiene una formación de tradición, católica, rigurosa y estricta. Luego pasé a estudiar Ingeniería Industrial en la Universidad Industrial de Santander, durante ese tiempo me casé y me gradué. Cuando me gradué, como ya estaba casada, me fui del país”.

EI: ¿Cómo fue su desempeño como estudiante?

ASF: “Las hermanas de La Presentación son unas educadoras excelentes, ahí me gradué como la mejor bachiller de mi promoción, eso siempre me ha enorgullecido. Luego me gradué de ingeniera industrial con una posición académica muy buena, cum laude”.

EI: ¿Dedicada solo al estudio?

ASF: “Mientras estudiaba también trabajaba en algunas cositas. Daba clases en un colegio de La Presentación, pero ubicado en Piedecuesta, cerquita de Bucaramanga, iba varias veces a la semana a dar clases de trigonometría y analítica, el tema que me gusta más son las matemáticas. Posteriormente trabajé en una fábrica de confecciones dando asesorías, al mismo tiempo que adelantaba la carrera. También daba clases particulares de matemáticas y de trigonometría”.

EI: ¿Se considera una mujer trabajadora?

ASF: “Fui formada con el principio de que el trabajo es muy importante y conveniente. Mi mamá siempre nos inculcó la importancia del trabajo, nos enseñó a que no dependiéramos de nadie para surgir”.

EI: ¿Por qué se fue del país?

ASF: “Me fui a Venezuela un par de meses, en donde vivía quien en ese momento era mi esposo, también santandereano; de ahí nos fuimos a Alemania, porque él trabajaba en la Siemens y la empresa lo mandó allá a hacer unos estudios y estuvimos cerca de dos años, allá nació mi primer hijo. Luego regresamos a Venezuela, donde nació mi segunda hija, ahí estuvimos viviendo 12 años, en Caracas, hasta el año 1993 cuando me regresé”.

EI: ¿Qué hacía en esos países?

ASF: “En Alemania estudié el idioma, lo aprendí y lo hablo; aunque hace mucho tiempo dejé de practicarlo, todavía lo hablo y soy capaz de sostener una pequeña conversación. Por el tipo de estancia que yo tenía, no podía trabajar en una empresa, pero como estudié el alemán, hacía trabajos de traducción de algunos videos institucionales empresariales de la Siemens. Yo cosía; porque mi mamá siempre nos enseñó a aprender cosas adicionales al colegio, así que tomé clases de modistería y también sabía algo de cocina; entonces empecé a coser para mis amigas y para mí y a hacer tortas, así tenía mi platica”.



EI: ¿Es buena cocinera?

ASF: “Soy muy buena cocinera y me enorgullezco de eso; me encanta la cocina, es mi hobby favorito”.

EI: ¿Qué hacía en Venezuela?

ASF: “En Venezuela mis hijos estaban pequeñitos, así que me dediqué a ellos. No quise dejarlos, me dediqué a criarlos. Para mí es muy importante que la mamá esté con los niños, creo que es fundamental para el desarrollo de los hijos. Yo tomé la determinación de estar con ellos hasta que ya estuvieran mayorcitos, cuando tenían unos ocho años empecé a hacer mi especialización en Finanzas en Venezuela, en la Universidad Simón Bolívar”.

EI: ¿Por qué decidió regresar a Colombia?

ASF: “A partir de la separación de mi esposo tomé la determinación de regresar a mi país, fue una etapa difícil, pero asumí la situación. Regresé a Bucaramanga, donde estaba mi familia, logré adaptarme muy pronto a la nueva vida y empecé a trabajar inmediatamente, desde entonces no he parado de trabajar”.

EI: ¿De dónde proviene su apellido?

ASF: “Mi papá era italiano. Él llegó a Colombia poco después de la Segunda Guerra Mundial, le tocó vivir la guerra en los batallones que estaban por Albania y Rusia. Él nos contaba las tragedias de la guerra, de ahí nosotros entendimos la importancia de vivir en paz. Él siempre nos decía que no entendía cómo en un país tan hermoso y rico como Colombia había tanta rabia y tantos odios, tanta guerra. Él llegó acá, conoció a mi mamá y se enamoró de ella, de una santandereana”.

EI: Se puede decir que usted viene de una familia multicultural…

ASF: “Sí, mi padre, europeo, tenía una mentalidad muy abierta. Mi madre, santandereana, era muy trabajadora, tierna, protectora de su familia y laboriosa. Mi mamá siempre trabajó, desde pequeña, para ella era muy importante estar trabajando; aunque no tuvo acceso a la educación profesional, porque en su época no se acostumbraba que la mujer fuera a la universidad, sino máximo al bachillerato, era educadora; ella siempre nos orientó a que trabajáramos”.

EI: De su madre heredó el valor del trabajo ¿Y de su padre?

ASF: “El gusto por el arte, el amor por la cocina y también el espíritu de libertad, el ser muy abierta a la diversidad. Mi papá era un hombre anarquista, al que no le gustaba que nadie lo mandara, era un alma libre. Eso lo aprendí de él y es lo que me ha permitido a mi ser muy adaptable, porque recibo todas las cosas buenas con mucha facilidad”.



EI: ¿Cómo llegó a Santa Marta?

ASF: “En el año 2007 yo estaba trabajando en la Universidad de Bucaramanga, ahí había sido decana de la Facultad de Ingeniería de Mercados y había pasado a ser la directora de Extensión. En ese tiempo la Fundación Cardiovascular había recibido el aval para tomar la operación de la antigua clínica del Seguro Social en Santa Marta, cuando se empezó a hacer la liquidación de las clínicas del Seguro Social; el presidente de la Fundación Cardiovascular, Víctor Raúl Castillo, me llamó un día para proponerme venirme a Santa Marta a manejar ese proyecto. Fue algo de rapidez, yo había venido aquí solo de vacaciones, solo conocía El Rodadero y alguito de la ciudad vieja, pero muy de paso, no sabía cómo era la vida acá; me llamó mucho la atención por todas las condiciones que Santa Marta tiene, el hecho de que sea una ciudad con una ubicación privilegiada, con una posición estratégica, envidiable. Era un proyecto novedoso e importante, entonces decidí asumir ese reto. Desde 2007 llegué a dirigir la clínica de la Fundación Cardiovascular, estuve ahí hasta 2015, cuando renuncié”.

EI: ¿Cómo recibió la noticia del cierre de la cardiovascular?

ASF: “Fue muy triste. Ha sido muy doloroso el cierre de la Fundación Cardiovascular, una clínica de gran calidad, en donde se tomaban en cuenta todos los criterios de calidad en la atención. Ese cierre ha dejado un hueco en la capacidad de atención de todos los pacientes de la ciudad. De hecho, recibíamos pacientes remitidos de distintos municipios del Magdalena y de fuera del departamento, inclusive del Atlántico y Bolívar, porque la clínica prestaba los servicios de la mejor calidad. Entonces ahora hay un déficit para la ciudad y para el departamento. Desafortunadamente no se pudo continuar, a pesar de los esfuerzos de mucha gente”.

EI: ¿Cómo llegó a la UCC?

ASF: “Cuando me retiré de la Fundación Cardiovascular y estaba iniciando otros proyectos, paralelamente aquí en la universidad se estaba gestando un proceso de convocatoria para la dirección de esta sede. Coincidió todo. Presenté la postulación y se dio el hecho de que yo llegara aquí, contaba con la experiencia académica y gerencial”.

EI: ¿Qué cree que la aporta la UCC a la sociedad samaria?

ASF: “Esta institución le aporta muchísimo a la sociedad samaria y al Magdalena. Esta institución tiene ya 41 años de existencia en la ciudad, ha sido gestora de transformación social a través de la educación. Esto puede sonar repetitivo, pero la educación es el motor de la transformación social, la educación permite que la gente haga caminos, se desarrolle, conozca otras perspectivas de la vida y abra su mente, su corazón, sus ojos e integre esos conocimientos para producirle bien a la sociedad. El hecho de crear profesionales que van a laborar sea en empresas, instituciones públicas u organizaciones sociales, con capacidades y competencias, impulsa el cambio. Eso es lo que ha venido haciendo la UCC. Ya en estos últimos años, la universidad ha estado implementando un nuevo modelo educativo, con el que estamos trabajando hacia la formación de competencias universales, para que nuestros egresados puedan desempeñarse no solo en Santa Marta sino en cualquier parte del mundo, es muy importante porque tendremos profesionales más competitivos, de modo que las empresas que lleguen aquí, los inversionistas que traigan acá sus emprendimientos, cuenten con el capital humano pertinente para que puedan desempeñarse y desarrollarse en la ciudad”.

EI: ¿Cómo se describiría a si misma?

ASF: “Soy una persona comprometida, siempre me he definido con ese término, lo que asumo lo hago con compromiso, con gran sentido de responsabilidad. Mi rol de madre, mi rol de amiga, mi rol de hija, mi rol de trabajadora, los ejerzo con compromiso, no tomo a la ligera las responsabilidades. Soy rigurosa, me gusta el orden de las cosas, me gusta el respeto en la relación con las demás personas. Soy una persona confiable, me gustan las cosas rectas y claras. Esa soy yo: recta, clara y comprometida. También soy alegre, aun cuando soy una persona a la que le gusta el trabajo, aun cuando mis compañeras ven que llego temprano y salgo tarde, lo hago con alegría”.

EI: ¿Disfruta trabajar?

ASF: “Me lo disfruto, no lo hago porque sea una obligación, sino porque me gusta, es un placer”.

EI: ¿Es abuela?

ASF: “Tengo tres nietos, tristemente fuera de Santa Marta, en Bogotá, entonces me comunico con ellos todas las semanas, nos hablamos por Facetime. Hoy en día, gracias a la tecnología, puede uno verse y conversar a pesar de la distancia. Cuando puedo viajo y los visito, me mantengo siempre en ese contacto. Mi hija sí vive acá en Santa Marta, está casada con un medico samario”.

EI: ¿Cree en Dios?

ASF: “Creo en Dios. Soy consciente de que hay un ser superior, que nos guía con la fuerza interior, que orienta y que hay unos principios claros que nosotros debemos aprender. No soy fanática, creo que a veces el fanatismo puede ocultar algunas fallas como católicos, pero si soy creyente y me gusta estar con Dios”.

EI: ¿Cree que es un ejemplo de que una mujer puede ser exitosa pese a ser madre?

ASF: “Es perfectamente posible y además deseable. La mujer de la sociedad actual tiene que entender que la relación de parejas, de los padres, es la corresponsabilidad en la educación de los hijos. El hecho de ser trabajadora no debe hacer que se descuide el rol de madre, ese es un error en el que no se debe caer. El rol de madre es prioritario al rol de la mujer trabajadora, por esa razón el ser madre debe ser una decisión. Si se ha tomado la decisión de tener hijos con responsabilidad, hoy hay los medios y las posibilidades para garantizar cuidados a los niños mientras la madre está trabajando, porque a veces es necesario trabajar para cubrir las otras necesidades de los hijos. Hay que tener un equilibrio muy sano, pero es posible, de esa manera se le da también un ejemplo a los hijos de que hay que responsabilizarse por el futuro propio”.

EI: Usted que vivió 12 años en Venezuela, ¿qué siente cuando ve todas las noticias de lo que se vive en ese país?

ASF: “Ha sido muy doloroso para mi ver esa transformación de Venezuela, porque es un país que quise bastante; un país con los defectos que puede tener cualquier país, pero también con oportunidades. Esta situación que hoy vive Venezuela creo que a todos los colombianos y a todos los latinoamericanos nos debe mover y nos debe doler, debemos actuar para darle apoyo a todos estos migrantes venezolanos que están aquí totalmente desprotegidos, sin oportunidades, algunos de ellos han logrado encontrar algún camino laboral para sostenerse, pero son muchísimos más los que están en una situación deplorable. Ese camino en el que está Venezuela tiene que cambiarse, creo que no hay mayores oportunidades de que siga como está por mucho tiempo más, creo que la comunidad internacional tiene que entrar a actuar porque hay crisis humanitaria no cuantificada ni declarada”.

EI: ¿Qué hace en sus tiempos libres?

ASF: “Cocinar es uno de los planes más frecuentes. Me gusta ensayar recetas nuevas”.

EI: ¿Qué es lo que mejor se le da?

ASF: “Hago de todo, carnes, pescados, mariscos… Las pastas es con lo que la gente más me asocia, por el hecho de que mi papá era italiano y, sí, preparo pastas ricas, pero no es lo único que hago, soy mucho más que eso”.

EI: ¿Es feliz?

ASF: “Me considero una persona feliz”.

EI: ¿Qué la hace feliz?

ASF: “Me hace feliz estar con gente con la que comparto todos los días, me hace feliz ver todos los días a una cantidad de muchachos estudiando y luchando por salir adelante, me hacen feliz mis hijos y mis nietos, me hace feliz ver los atardeceres de Santa Marta, me hace feliz ver las montañas, en todo encuentro un motivo”.

Perfil profesional

Ingeniera Industrial egresada de la Universidad Industrial de Bucaramanga (1973-1979).

Especialista en Finanzas de Empresas de la Universidad Simón Bolívar de Caracas (1989-1991).

Magister en Administración de Empresas del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (2004-2007).

Consultora empresarial de la Cámara de Comercio de Bucaramanga (1994-1996).

Gerente de la Clínica Materno Infantil de Bucaramanga (1996-2003).

Decana de Ingeniería de Mercado y directora de Extensión en la Universidad Autónoma de Bucaramanga (2003-2007).

Gerente de la clínica Fundación Cardiovascular de Santa Marta (2007-2016).

Directora de la sede Santa Marta de la UCC (2016-presente).

“Soy una persona comprometida, siempre me he definido con ese término, lo que asumo lo hago con compromiso, con gran sentido de responsabilidad”.