El río Magdalena se traga a Guáimaro

El muelle de las embarcaciones desapareció por completo, teniendo la comunidad que exponer sus vidas para poder bajar y transportarse.

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El ‘Comelín’ como los nativos de los pueblos ribereños conocen a la acción erosiva del río Magdalena, destruye el débil terraplén que separa al caudal más extenso de Colombia con los seis mil habitantes del corregimiento de Salamina.

Proyectos que aún no dan viabilidad en Bogotá; una comunidad desesperada que no sabe para dónde coger y un río que sigue impetuoso en su paso de destrucción, es el panorama que se observa en el único corregimiento del municipio ribereño de Salamina.

La historia vuelve y se repite. Ya en varias páginas de este diario el tema del peligro que corren los habitantes del corregimiento de Guáimaro, Salamina, por la erosión de sus tierras debido a la fuerza de las corrientes del río Magdalena, se convirtió en un tema de nunca acabar, puesto que las soluciones que debe plasmar el Gobierno brillan por su ausencia, ante el desespero de los pobladores que en las últimas 72 horas no han conciliado el sueño por el riesgo que tienen a unos pocos metros.

En los recientes días el poblado se quedó sin su muelle de abordaje y el terraplén que amuralla a lo largo del corregimiento desde hace cinco años, no aguanta más.
https://www.youtube.com/watch?v=hAE3PxoBg2E  

Quienes colindan con el imponente Magdalena han tenido que huir, teniendo que vivir arrimados donde familiares,  en el mejor de los casos arrendados en el pueblo, sin que hasta el momento la Alcaldía del Municipal o la Gobernación del Magdalena hayan brindado salvavidas a esta comunidad que luego de la inundación sufrida en 1956, no está dispuesta a abandonar de nuevo sus hogares.

Carlos Martínez González, coordinador de Gestión de riesgo del municipio de Salamina explicó que están a la espera de que Bogotá de vía libre a los requerimientos que desde la Alcaldía del municipio se hicieron. “Hemos hecho un llamado reiterado a las altas esferas del gobierno de que gestione los recursos para recuperar la ribera del Magdalena en la zona de Guáimaro”, expresó el funcionario.

Por su parte, la comunidad sigue en alerta.

La idea que más toma fuerza es la de ubicar estratégicamente sobre la marginal derecha del río Magdalena pilotes de metal para que sean armada una muralla y así contener la socavación que día y noche se da. Tal proyecto tendría un costo de 8.000 millones de pesos, cifra que no tiene dentro de su presupuesto la Gobernación del Magdalena, y menos la administración municipal de Salamina.

Para hoy en la mañana tienen prevista una reunión representantes de la comunidad de Guáimaro, la alcaldía y funcionarios de la Gobernación. Así mismo el alcalde de Salamina  José Díaz Marchena, junto a la gobernadora Rosa Cotes, viajarán a Bogotá el martes a fin de buscar de una vez respuestas al clamor hecho desde esta región.

Pequeños orificios se observan sobre el terraplén construido para contener la erosión, estos hoyuelos avisan el peligro de una pronta ruptura del terreno.
Un hombre observa al fondo el daño ocasionado por la erosión en Guáimaro.
Algunos temerarios desafían la fuerza de la naturaleza y se sientan sobre las tierras agrietadas por la erosión.
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