Algo huele mal en el parque

Las bancas son las camas de quienes se tomaron la plaza como “dormidero”. Desde las 10:00 de la noche empiezan a llegar quienes pernoctan en el Parque de Bolívar.

Zona Crítica
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Un olor nauseabundo emana desde el corazón de la ciudad, específicamente desde el Parque de Simón Bolívar. La zona de interés turístico, cultural e histórico está tomada por habitantes de la calle, quienes duermen, orinan y defecan donde les provoque.


La plaza centenaria está convertida en una gran habitación a cielo abierto, las bancas hacen de camas y el pedestal de la estatua del Libertador de asiento. Pero lo más llamativo quizás es la valiosa estructura utilizada a diario como letrina: la fuente de las cuatro caras.

La obra de gran valor histórico y cultural, que suma 166 años de instalada, se convirtió en la retrete de quienes viven entre las callejuelas del Centro Histórico de Santa Marta, ante la mirada indolente de los samarios y las autoridades.

Los turistas atraídos por los encantos de la zona vieja de la capital del Magdalena, hacen esfuerzos por soportar los malos olores con tal de captar sus recuerdos en fotografías y posan frente a la opulenta fuente sin tener idea de lo que tiene dentro, que no es precisamente agua.

Una obra con historia

La obra fue construida con una inversión de 11 mil pesos en el año 1848, con mármol de Carrara, uno de los más apreciados por su blancura. El material fue extraído de las canteras de los Alpes Apuanos y fue un regalo del Gobierno italiano para la ciudad.

Es uno de los monumentos más significativos en la capital del Magdalena, puesto que representa la abolición definitiva de la esclavitud en Colombia, asegura Luis Alberto Riascos, un hombre conocedor de la historia local.

La estructura está ubicada en el sitio donde se encontraba la antigua acequia de la ciudad, en lo que era el acueducto de Santa Marta, el lugar al que acudían los habitantes de la época en busca de agua potable.

Cuando el presidente José Hilario Gómez abolió definitivamente la esclavitud en el año 1849, la fuente fue llenada con vino, por lo que las personas de todas partes acudieron con sus copas para hacer parte de la celebración.

Simbología

La estructura ubicada al frente de la Alcaldía de Santa Marta está llena de simbología. En la parte superior está adornada con una figura femenina que corresponde a Perséfone, la hija de Zeus y Deméter en la mitología griega, diosa que representa alegría, la fecundidad y la primavera.

Los cuatro mascarones o gárgolas que están su columna están orientadas hacia los cuatro puntos cardinales: norte, sur, este y oeste, representan las cuatro razas que existían en la época en la ciudad.

En el marco de los 476 años de Santa Marta, el 29 de julio de 2001, el entonces gerente de Metroagua, Luis Fernando Arboleda, habilitó la fuente como un regalo para los samarios y la puso en funcionamiento, pero luego de año y medio volvió a quedar en abandono.

“Duele en el alma que el monumento esté completamente abandonado. Un patrimonio que es de nosotros los ciudadanos se convirtió ahora en una letrina pública. Duele que tantos alcaldes le hayan pasado por el frente y no se conduelan, sencillamente porque no conocen su historia”, critica Riascos.

Los inquilinos

Desde las 10:00 de la noche empiezan a llegar los inquilinos del parque. Van apoderándose de cada una de las bancas que hay en el lugar. Allí pasan las noches, y en ocasiones parte de la mañana, y es que no raro que a las 9:00 de la mañana aún estén ocupando los espacios.

Al menos 20 personan pernoctan diariamente en las inmediaciones de la plaza, aseguran Juan Carlos Andrade y Ana María Torres, una pareja que no tiene otra opción más que descansar en el sitio.

“Esto de noche es otro mundo, se vuelve más peligroso. Lo que hacemos es montar guardias, mientras unos duermen otros quedamos pendientes. Así nos turnamos. A veces hay peleas por gente que quiere apoderarse de la zona”, cuenta Andrade.

“Somos muchos los que dormimos aquí. En nuestro caso es porque no tenemos para pagar la pensión dónde nos cobran 20 mil pesos la noche”, cuenta el joven, quien llegó hace una semana con su pareja.

Malestar

Nancy Vargas, quien se rebusca vendiendo lotería en el parque, critica que un sitio que fue concebido para descansar, conversar, pasear y pasar el rato, se haya convertido en el vividero de unos cuantos. “Tienen las bancas de cama, a Bolívar de asiento y la fuente de baño”, se queja.

“Hacen sus necesidades en la fuente, ahí se meten y se esconden. Por eso el olor no se aguanta, sobre todo en horas del mediodía. A veces está la Policía, pero no hace nada. El llamado es a las autoridades para que estén pendientes y rescaten este espacio”.

José Antonio Valencia, un jubilado que religiosamente acude a diario a la plaza, denuncia que los habitantes de la calle y las prostitutas se apoderaron del lugar, puesto que se encuentran a toda hora.

“A veces no hay ni dónde sentarse, porque ocupan todas las bancas. Es necesario que al menos se hagan baños públicos, para que esta gente los use, por la verdad los olores son insoportables”.

Por Daniela A. García

Gómez

Redacción EL INFORMADOR