Nadie controla a los calibradores de las rutas

Estas personas normalmente están ubicadas en una esquina o un semáforo, y casi siempre arriesgan sus vidas atravesándose en medio de los carros. Se estima que en el sector céntrico de Santa Marta hay por lo menos de 30 calibradores.

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Aunque no se conoce una cifra exacta de cuántos hay, cada vez son más los que controlan el tiempo de las busetas en sus rutas diarias. En la ciudad no hay entidad que los vigilen, así que se convierte en un trabajo informal.


Los llamados ‘calibradores’ son los encargados de controlar el tiempo entre las rutas de los buses que transitan por las principales vías de la capital del Magdalena, realizando una labor de sin control de alguna entidad.

Estas personas llevan décadas en este servicio y es posible que algunos tengan más de 30 años y otros menos de cinco, poniéndose en cualquier esquina para decir a los conductores el tiempo que llevan cada uno de los otros buses y así poder establecer cada vehículo un periodo de tiempo preciso para que su ruta tenga una cantidad ‘mínima requerida’ de pasajeros que le genere ganancias, sin ir vacíos los puestos.

Según uno de los conductores que casi siempre tiene la ruta en de la Avenida del Libertador, quien además pidió reserva de su identidad “estas personas siempre están ahí y uno les tira la monedita para ayudarlos, porque ellos nos dicen el tiempo que lleva la buseta de adelante y uno se programa”.

Agregó además, que algunos de los que hoy están en las esquinas o en cualquier semáforo con planilla y esfero en mano, para tratar de conseguir entre 450 o 500 mil pesos mensuales, fueron buseteros que se quedaron sin trabajo.

“Aquí donde me ve, yo soy conductor. Me dedico a esto porque no encontré otra forma de trabajar y debo seguir llevando la comida diaria a mi hogar”, expuso ‘El Flaco’, llamado así popularmente, uno de los más de 30 calibradores que hay en el sector céntrico de Santa Marta.

Las monedas de 100 y 200 son las que más reciben por parte de los conductores del transporte urbano de la ciudad, además siempre tienen para cambiar a aquellos que necesitan menudos para dar vueltos.

El caos vehicular

Una de las graves consecuencias que genera el tema de los ‘calibradores’, el caos vehicular debido a que los conductores no se orillan y detienen sus vehículos para atender a estos improvisados controladores, lo que ocasiona grandes trancones y traumatismo en el tráfico vehicular.

El asunto se vuelve crítico por que al estar ubicados en las avenidas principales, su oficio entorpece la circulación adecuada de vehículos.

¿Qué dicen las autoridades de tránsito y transporte?

El gerente del Sistema de Transporte Unificado, STU, Leonard García, manifestó que estas personas que hay de todas las edades se dedican a esto, porque ven una oportunidad de trabajo. Pero, “nosotros no tenemos los llamados calibradores, lo que manejamos son controles en la vía. Estos son los que reciben una cartulina del conductor, se les pone un sello y de esta manera controlamos nuestro tiempo”.

El mayor representante del STU fue enfático en explicar que quienes trabajan en el empleo informal de ‘control de tránsito urbano’, no tienen ninguna relación con la entidad.

Sin embargo, dice que no deben cumplir estas funciones, cuando ya hay control en las vías, que vigilan el tiempo de los conductores independientemente de su ruta.

“En la medida que nosotros vayamos implementando el tema del nuevo modelo de negocio, creo que ellos van a ir saliendo, así que es relativo”, apuntó diciendo.

Por su parte, Ernesto Mario Castro, director de la Unidad de Tránsito, reconoció que nadie en la ciudad controla a estas personas, y que también es evidente que cada vez son más.

Anotó que, “lo primero que hay que resaltar es que son décadas de un modelo de negocio que es lo más dañino a un nivel de movilidad en una ciudad, todos estos actores son completamente informales y son decisión única y exclusiva del conductor”.

Con el nuevo modelo de negocio, que busca implementar la Unidad de Tránsito de Santa Marta con las empresas prestadoras del servicio de transporte urbano, se decide cambiar el patrón de transporte, es decir, un cambio de acción de dichas compañías.

Reconocemos que este es un problema que se está saliendo de las manos, no somos ciegos, identificamos los problemas que tiene la ciudad en materia de transporte, pero tenemos la solución concreta a este tema y será con estos nuevos esquemas del plan, para cambiar el modelo de negocio, y así ver una ciudad de cambio.” finalizó diciendo Castro.

Estas personas normalmente están ubicadas en una esquina o un semáforo, y casi siempre arriesgan sus vidas atravesándose en medio de los carros. Se estima que en el sector céntrico de Santa Marta hay por lo menos de 30 calibradores.
Los llamados ‘controles en la vía’ son las únicas personas que oficialmente trabajan con el Sistema de Transporte Unificado, STU.
Aunque no se sabe el número exacto de personas dedicadas a este trabajo, cada día este gremio crece más en la ciudad.
A punta de monedas de 100 y 200 pesos que reciben los calibradores de los conductores, cerca de 450 o 500 mil pesos, es lo que se gana en el mes.
Los calibradores, son los encargados de controlar el tiempo entre las rutas de los buses, y están ubicados en cualquier punto de la ciudad.
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