En Santa Marta los conductores están obligados a maniobrar por las vías deterioradas por los cráteres, mientras llega una intervención por parte de la administración distrital.
Por: Anayancy Vidal
Redacción EL INFORMADOR
Transitar por las calles de Santa Marta se ha convertido en un verdadero desafío para los conductores, quienes a diario tienen que ingeniárselas para no caer en los innumerables huecos, mientras ponen a prueba su paciencia y tolerancia para sobrellevar esta travesía.
La vía más comercial del centro de la ciudad, que es la avenida Campo Serrano, más conocida como la carrera quinta, en el tramo que va desde la Santa Rita hasta la Ferrocarril, parece que hubiera sido bombardeada, debido a la cantidad de cráteres que posee.
Pese a que dicha vía es utilizada para el flujo de prácticamente todas las rutas del transporte público de la ciudad, su mantenimiento es precario.
Otra de las avenidas en la que se evidencia el mal estado debido a los huecos a lo largo y ancho, es la del Libertador. El zigzageo de los carros ya se convirtió en algo común para el que va manejando o en su defecto para el pasajero.
También se puede evidenciar el deterioro de la malla vial a la altura del puente El Mayor, que en una de sus placas luce un enorme hueco que debe ser esquivado por los conductores que por él transitan.
Opiniones
Julián Pertuz, conductor de bus, se queja de los cráteres y las grietas que debe sortear a diario en la avenida del Libertador. Resalta que esta es una de las principales arterias para la movilidad. “Esto dobla los rines, daña la suspensión y los amortiguadores”, agrega.
En algunos casos, hay tramos que en años no han recibido mantenimiento, dice Cesar Cáceres, un taxista que con frecuencia transita por las calles de la ciudad.
Oportunidad para muchos
Mientras las calles siguen deteriorándose, hay personas quienes le sacan ventaja a la situación, pues con pala y baldes con arena en mano se dedican a rellenar los huecos y a cobrar por su labor. De esta forma buscan ganarse la vida rotándose por las vías donde haya más cráteres.
En el mes de junio, durante la rendición de cuentas vigencia 2017 de la Contraloría, el mismo contralor distrital, Edilson Palacio, se pronunció respecto a la liquidación de la concesión Malla Vial, debido a que cada vez es más notorio el deterioro físico del pavimento.
Dijo que a pesar que el distrito recibe cerca de $12.212 millones anuales, no es retribuido para estos aspectos a la ciudad.
