Las tapas de los registros sanitarios, varillas o cobre, son plata en efectivo día y noche, sobre todo para los habitantes de calle.
Por: Vicky Cianci
Redacción EL INFORMADOR
Fotos: Orlando Marchena
En un informe entregado en la celebración de sus 100 primeros días de operaciones, Essmar y su aliado estratégico Veolia dio a conocer a la opinión pública que Metroagua entregó el sistema con un faltante de 26 tapas de alcantarillas en toda la ciudad, que según la empresa habrían sido robadas.
En días anteriores EL INFORMADOR dio a conocer los puntos donde hacían falta las cubiertas de los registros sanitarios, que se han convertido en una trampa mortal tanto para peatones como para conductores de vehículos.
Un equipo de esta Casa Periodística visitó los lugares donde, según informaciones de la propia comunidad, se comercializa la materia prima de la que están hechas las tapas de alcantarillas: el hierro.
En el Mercado Público de Santa Marta, solo en la calle 9, hay alrededor de unos siete lugares conocidos como “chiveras”, hacia donde los recicladores acuden para vender el material reutilizable recolectado, pero donde además se comercializan materiales como hierro y cobre.
Hurto de tapas de alcantarilla
El robo de las tapas de registros es uno de los métodos más usuales de habitantes de la calle para conseguir dinero en efectivo de forma rápida, además de la venta de varillas.
Poco a poco, estas personas que atentan contra la infraestructura de servicios públicos están convirtiendo a Santa Marta en una trampa gigante. Aunque todavía no se conoce cifra de víctimas afectadas por los huecos que quedan abiertos, esto no deja de ser un peligro para sociedad.
Puede que la gente, acostumbrada ya a las alcantarillas abiertas, considere la situación común; sin embargo, lo más recomendable es denunciar, para que las autoridades identifiquen los puntos que representan peligro.
El negocio
En algunos rincones de la ciudad, las varillas pueden costar hasta cinco mil pesos; en otros incluso son cambiadas mano a mano por sustancias alucinógenas; cambalache que funciona día y noche, según fuentes.
Las chiveras compran el kilo de hierro a 300 pesos. Las tapas de alcantarilla pesan aproximadamente 50 kilos, lo que representa unos $15.000 para quienes comercializan estos bienes públicos.
Así entonces, en las manos de quien haya resbalado por el hueco sin fondo de la drogadicción, la tapa de una alcantarilla se traduce en "nueve cigarros de marihuana o tres papeletas de polvo blanco".
Las tapas de las alcantarillas, las rejillas de los sumideros, las tapas de las recámaras de energía, los medidores, hasta los cables telefónicos, las luminarias, son algunos de los elementos que se roban para luego ser comercializados en las chiveras.
Ni siquiera hay certezas sobre el número exacto de chatarrerías que funcionan en la actualidad, ya que muchas no están registradas con ese concepto de negocio comercial, sino que aparecen camufladas como talleres automotrices o bodegas de almacenamiento.
Mientras que para estas personas una tapa de alcantarilla representa quince mil pesos, para la ciudad cada unidad tiene un costo que va desde $200.000 hasta $380.000, dependiendo del material.
Visita a las chiveras
EL INFORMADOR preguntó en una chivera grande ubicada en la calle 9 del Mercado Público de Santa Marta en cuanto se comercializa la tapa de una alcantarilla, pero la primera respuesta fue que este material está prohibido para la compra-venta por lo tanto no lo reciben.
En otras tres chiveras más continúo el proceso de búsqueda, hasta que un joven delgado con “espíritu de comerciante”, ante la posibilidad de unos pesos extras, se ofreció encontrar la solución, diciendo que la nueva modalidad de comercialización de estos elementos es partiéndolos.
“Las tapas se le compran a los gamines y nos toca partirlas, porque vender eso es complicado y la Policía pone problemas; pero usted la compra partida y en la esquina se la soldan”, expresó el joven de aproximadamente 23 años de edad, mientras pesaba el material de chatarra que un reciclador le entregó.
Delito y penalización
Robarse una tapa del alcantarillado deja de ser un delito refundido en el hueco de la impunidad, con el proyecto de Ley que mete en cintura a los comercializadores del hierro, quienes convierten el sistema de drenaje de aguas residuales en una trampa mortal.
Este busca penalizar por tres años de cárcel a quienes se roban las tapas y también busca que la empresa administradora del sistema de acueducto y alcantarillado dentro de las 24 horas siguientes tengan que reponerlas, porque de lo contrario tendrían multas y sanciones por parte de la Superintendencia.
Con esta iniciativa, según el senador Mauricio Lizcano, se busca evitar más daños a la infraestructura pública y evitar tragedias.
Posibles soluciones
Santa Marta no es la única ciudad que ha afrontado esta problemática, pero sí de las pocas que aún no ha buscado una solución, muestra de ello es que hay tapas de alcantarilla faltantes.
Desde hace años, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá pidió a sus proveedores que las cambiaran por materiales plásticos que no tuvieran valor alguno para los recicladores.
También busca que se usen materiales no reciclables, que no puedan ser aprovechados por las personas que suelen hurtarlas. Además, las empresas no podrán cargar en las facturas a los usuarios el costo de la reposición del mobiliario robado.
Se espera que dentro del plan de inversión que tiene la nueva empresa administradora del sistema de acueducto y alcantarillado de Santa Marta se priorice la implementación de un nuevo, mejor y más moderno registro sanitario para acabar con el negocio del hierro, proveniente de bienes públicos.
