Este lunes, al mediodía, el técnico vallecaucano, John Jairo López pasó la carta de renuncia ante el presidente del Real Cartagena aduciendo incumplimiento en el pago de su salario y el de su asistente en el último mes y medio.
La misma le fue aceptada, pero el paso de recurrir a una carta de renuncia ante la innegable crisis de resultados y de manejo de grupo del que careció, fue una jugada estratégica del adiestrador para darse él mismo una salida, en apariencia, decente y no quedar en el mercado de técnicos como alguien que no quedó a la altura del compromiso deportivo y alegar falta de garantías para su trabajo.
Renunciando por esta vía la del incumplimiento salarial, López compromete al club ante la Superintendencia de Sociedades que desde hace dos años es garante del proceso de Restructuración Empresarial de Real Cartagena, cumpliendo un papel de árbitro entre este y los acreedores de la institución deportiva que hicieron un acuerdo de pago de hasta diez años para que le fueran saldadas sus cuentas.
Esto comprometió al equipo heroico a no adquirir una nueva deuda so pena de ser liquidado. Por eso, la renuncia de López se convirtió de paso en una denuncia del posible incumplimiento del equipo ante la Superintendencia y una advertencia para el ente estatal para inicie la investigación del caso. Lo real fue que el equipo se le hizo insostenible al timonel, quien dirigió 15 partidos, ganó 8, perdió 6 y empató uno para un rendimiento del 55%.Al final de la tarde una fuente cercana a los directivos confirmó que la liquidación de López y el resto del cuerpo técnico se le cancelarían antes de terminar el día.
Sin embargo, la salida del entrenador tuvo varios antecedentes. Jota Jota López no supo manejar la fuerte discusión que sostuvo con los experimentados del plantel, jugadores Humberto Mendoza y el panameño Amílcar Henríquez, a quienes separó de la nómina que viajó a Pereira por la cuarta jornada y que significó la primera caída del auriverde.
Con Wilder Medina su carácter como entrenador quedó por el suelo. El jefe el banquillo cartagenero le advirtió que no podía ingresar al asado de los jugadores con dos mujeres y su hermano. Medina lo desafió a que primero se iría él, o sea López, a que este tuviera que desistir de dejar a las damas y su acompañante por fuera.
El adiestrador, según las fuentes consultadas, dejó el sitio.
Un jugador llegó la semana pasada hasta la oficina de la Vicepresidencia del equipo a manifestar su descontento por la laxitud del entrenador con Wilder Medina y tras el incidente convocarlo para el partido siguiente.
Directivos del Real Cartagena contactaron a Alberto Suárez, quien condujo al Cúcuta a ganar el cupo en los Cuadrangulares de Ascenso, pero este está esperando un posible llamado del América de Cali ante una posible salida de Fernando Velasco.