Juan Pablo Montoya: un genio intacto

Deportes - Nacional
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No se puede decir que los seis años que pasó Juan Pablo Montoya en los óvalos de Nascar hubieran aportado los resultados, comentarios y admiración que levantó en todas las otras categorías donde había corrido, incluyendo la Fórmula 1.

Es más, para muchos, o estaba perdiendo el tiempo en ese escenario, o bien su talento se había apagado en alguna dosis debajo de las voluminosas carrocerías de las berlinas americanas.

Su regreso a los monoplazas en 2014 pasó por un año de amoldamiento que dejó ver que sus raíces solo necesitaban un poco más de riego para volver a dar frutos y seguir la cosecha cuyos números son un lujo.

Catorce victorias en la Indy en solo tres temporadas, siete en la F1, dos victorias en las 500 Millas de Indianápolis, dos en Nascar, campeón de la F3000 europea, tres veces ganador de las 24 Horas de Daytona, para solo citar algunos datos de sus pasos por las metas del automovilismo internacional.

Manejó para Williams, McLaren, Chip Ganassi, David Sears, Helmut Marko, Jackie y Paul Stewart y ahora para Roger Penske. Pocos grandes nombres faltan en su agenda. Con todos ganó y más de una vez. Eso no lo hace cualquiera.

Y ahora, a los 39 años, luce tan fresco e imperativo como el primer día, con el agregado de cientos de miles de kilómetros de experiencia, vistos ayer en toda su productividad en las 500 Millas de Indianápolis.

Si Colombia ha tenido y tiene grandes deportistas, figuras mundiales, ídolos internacionales, campeones de muchas especialidades y en diversos niveles, personajes cuyos logros han sido la emoción unánime de un país, la carrera deportiva de Montoya es uno de los volúmenes más pesados de esta historia en la cual es definitivamente, una de nuestras mayores figuras, sobre todo en un deporte de tanta resonancia mundial.