James Rodríguez marcó en el último partido del Madrid por Liga

Deportes - Nacional
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Hora:03:49 pm.

El día del posible adiós de Carlo Ancelotti y de la probable despedida de Iker Casillas, hastiado con el debate sobre su figura que tuvo por fin un respiro al final del que pudo ser su último partido en el Real Madrid, apareció Cristiano Ronaldo para endulzar con tres goles un partido sin interés contra el Getafe que ganaron los blancos 7-3.

Pocas veces el público del estadio Santiago Bernabéu vivió un día tan extraño. El conjunto de Ancelotti, sin nada por lo que luchar, ante un rival que no se jugaba nada, y con toda la temporada finalizada para el resto de los equipos, el choque ante el Getafe parecía más un castigo que un encuentro de fútbol.

Todo estaba decidido. Ni siquiera el gran Lionel Messi pudo hacer la proeza de marcar cuatro goles al Deportivo para dar emoción a la lucha por el trofeo al máximo goleador. Antes del pitido del árbitro José Antonio Teixeira Vitienes que dio el pistoletazo de salida al choque, ese premio era de Cristiano. Y también la Bota de Oro.

Pero el portugués es insaciable. Su hambre de gol no tiene límites. Decidió erigirse como uno de los pocos de su equipo en mostrar algo interés por conseguir algo. Estaba lejos, pero la cifra de los cincuenta goles de Messi en una temporada, a cinco de distancia antes de empezar, era un reto enorme.

No colaboraron demasiado sus compañeros con el portugués. Sobre todo en la primera parte, en la que solo Pepe (se fue lesionado en el minuto 40) pudo sostener los arranques del Getafe, que ya salvado, y sin ninguna presión, se soltó en algunos tramos del encuentro para enseñar un buen fútbol prácticamente inédito a lo largo del curso.

El resto, no dio la impresión de querer o de poder. Ancelotti sentó en el banquillo a Gareth Bale, a Dani Carvajal y a Isco Alarcón. Sin los lesionados Sergio Ramos y Karim Benzema, Jesé Rodríguez tuvo esa oportunidad que muchos reclamaban para él. Otros como el mexicano Javier "Chicharito" Hernández y Nacho volvieron a sumar más minutos.

Jesé estuvo algo inédito excepto cuando marcó. Chicharito solo mostró un fogonazo en la segunda parte con el cuarto gol del cuadro madridista. Nacho cumplió sin más. Y ahí se acabó su protagonismo porque los focos apuntaron a Cristiano y a Iker Casillas. Sobre todo al segundo, cuyo rostro no aparentó nada bueno.

Su cara fue el reflejo de un alma abatida, hastiada, preocupada por su estado de forma y por un debate interminable en el Bernabéu sobre su figura. Mientras en el Camp Nou homenajeaban a su amigo Xavi Hernández, Casillas, en la primera parte, se dedicó a recoger balones del fondo de su red.