Gilberto Mejía la eterna fiesta desde la tribuna

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La barra guajira, allá en sombra general con los cienagueros…", así inmortalizó Carlos Vives en su canción 'Pitán pitán' al grupo de músicos oriundos de Ciénaga que por cerca de 50 años vienen animando junto a muchos otros fieles hinchas al Unión Magdalena.
Ese grupo de músicos es liderado por Gilberto Mejía Henríquez, un cienaguero nacido en 1940 en el seno del hogar conformado por Gilberto Mejía y Rosa Henríquez García, desde muy niño respiró música y por su sangre corría fútbol.
Sentado en una de las gradas del estadio Municipal de Ciénaga con la alegría que lo caracteriza y dirigiendo a la que llama la nueva generación de su grupo musical, el hombre de 70 años de edad mira con regocijo y disfruta del toque de sus músicos, también con una sirena en la mano haciéndole un homenaje al gran 'Chepe balín', uno de sus incontables amigos y contertulios de la fiesta del fútbol, Gilberto Mejía disfruta mientras su añorado equipo salta al gramado para jugar su partido.
Gilberto viste la camisa que dice llevar el color de su sangre, ligada el rojo natural de los fluidos sanguíneos, con el azul del mar Caribe, estampada con el nombre de su barra 'Cumbia cienaguera'; también usa una bermuda de rayas cómoda para "estas calores", como él mismo lo dice, unas zapatillas propias del bailador; efectivamente suelta un minuto la sirena y se para a cantar y bailar, aún a la espera de la salida de los once titulares del Unión Magdalena.
"Ese es el maestro Gilberto", exclama un hombre oriundo de Santa Marta que está sentado cerca en la misma tribuna y que dice recordarlo porque desde que estaba niño, cuando con su grupo de amiguitos iban al estadio, se sentaban cerca de donde se ubicaban los músicos de la barra-orquesta 'Cumbia cienaguera', liderada por aquel fabuloso bailarín, ese que ahora es un señor de cabeza poblada de canas y una figura pesada por la edad, pero aún la energía y esos mismos "cienagueros tocando el Pitán pitán" que habla Carlos Vives en su canción, aún lo acompañan en su andar, su rítmico pero a la vez entretenido baile.
Al acercarse a Gilberto, quien es toda una celebridad, muchos lo saludan, otros le piden canciones y otros que baile, él saluda con jocosidad y solo tiene en su cabeza un comentario para sus compañeros de fiesta deportiva, "que tal calidad…. Nomejoñe hoy ganamos porque ganamos", refiriéndose al encuentro que esa tarde jugaría el Unión Magdalena frente a Popayán, (juego del pasado domingo), por la última fecha del torneo local, donde el cuadro azul y rojo ya estaba clasificado.
"Hoy venimos con emoción, a animar a nuestra escuadra, ese equipo es el Unión al que quiero con el alma", versos como ese acompañados del baile del Caimán (ritmo tradicional de Ciénaga), la Cumbia cienaguera, cantos vallenatos, entre otros, hacen parte del repertorio del grupo musical de Gilberto, el cual hacen parte de su nueva generación Catalino y Oswaldo Guette, Ítalo Guillot, Rafael Galán, Germán Acosta, José Domingo Mejía, entre otros buenos músicos, "los mejores del mundo", como él los llama.
Llega el momento esperado, salió el Unión y la música, la fiesta y la energía superan todas las escalas de la alegría, "Nomejoñe hoy ganamos porque ganamos", vuelve a repetir la frase Gilberto.
Unión Magdalena culminó la primera fase del torneo en el quinto puesto, clasificando a los ocho mejores y aspirando nuevamente al ascenso después de nueve años. El partido ante el modesto Popayán terminó 3-3, sin embargo Gilberto sabe que "gane o pierda, eso importa una m…Nosotros al Unión lo que- remos con pasión".
Al finalizar Gilberto recordaba cuanto tiempo lleva animando al cuadro samario y se traslada 50 años atrás, mucho antes de alcanzar su único título en 1968, cuando con otros jóvenes integrantes del conjunto folclórico de Ciénaga, todos con el alma vestida de azul y rojo, formaron la barra 'Cumbia cienaguera'. "Lo recuerdo perfectamente, éramos adolescentes cuando andaba con Ricardo Rivas, Miguelito Rebollo, Humberto Daza, Pablo Hernández, Edgar Orta, Víctor ‘Vitico’ Paz, y queríamos animar al Unión y que mejor forma de hacerlo que con música", asegura.
Camino a la salida del estadio Municipal, saludando a todo el que pasa por el frente, el maestro Gilberto Mejía recordó el inicio de su orquesta jocosamente, "éramos un grupo de jóvenes culo sungo, yo trabajaba en Telecom antes en la administración postal, pero siempre íbamos a Santa Marta a prender ese Eduardo Santos".
Hoy con su pensión como trabajador de Telecóm, también recuerda que hizo muchos amigos en su afán de seguir al Unión Magdalena, tanto así que hasta reportero fue, "en una buena época del periodismo en Santa Marta, donde había mucha gente connotada, tuve la oportunidad de colaborar en EL INFORMADOR, a Eduardo Guevara Leoture, Julián Rodríguez, José Orellano, todo gracias al doctor Edgardo Vives".
También mira con tristeza el presente y cree que ya es hora de un ascenso para el Unión Magdalena, "nomejoñe, yo creo que ya está bueno, el Unión este año si sube, vamos a ser campeones, porque este es un buen equipo, con buenos jugadores y está más que merecido".
También dice que le duele que Santa Marta no tenga estadio y que la 'Cuna del fútbol' no tenga al Unión en casa, así mismo rescata y valora el esfuerzo que se viene haciendo en Ciénaga y disfruta cada día de los partidos de su adorado 'Ciclón'.
Al final dice que ese amor por el equipo samario, será como los matrimonios de antes "hasta que la muerte nos separe".
Por como lo dijo Gilberto Mejía o el "Caimán de oro", solo quiere seguir animando a su equipo y que lo recuerden como uno de los buenos hinchas fieles del Unión Magdalena.

Por: Andrés García Castaño
Redactor de EL INFORMADOR
Foto: Edgar Fuentes Acosta