El reconocimiento póstumo que consistió en lanzar pitazos a la entrada del féretro al cementerio San Miguel fue realizado por algunos de los alumnos de la Escuela de árbitros.
Alcides De Luque Barros partió a sus 73 años; toda una vida dedicada al deporte, en especial al fútbol su gran pasión. De Luque jugó fútbol durante la década de los 70, pero sería el arbitraje lo que robaría su pasión al inicio de los 80. Su esposa Aloma Freyle y sus hijos Alcides, Alí, Yetsy, Kevin, Maritza, Carmen, Irina y Mirna De Luque inconsolables acompañaron a su esposo y padre.
Quienes lo conocían lo apodaban de distintas maneras, cada uno de estos sobrenombres traía consigo a la mente de quien narraba una anécdota distinta. "Bala Perdida", "Abuelito" o "Pechito" son algunos de los apodos con lo que sus amigos lo recuerdan.
Su afán por el fútbol, lo llevó a que luego de estar pensionado decidiera dedicarse a la enseñanza. Fue así como se vinculó a la escuela de árbitros en Santa Marta.
Por su parte Edelberto López presidente de la asociación de árbitros del Magdalena, lamentó el sensible fallecimiento del señor De Luque.
Lo recordó como uno de los mejores y más destacados jueces de lineal que haya dado el Magdalena. Actualmente De Luque se desempeñaba como vicepresidente de la asociación de árbitros del Magdalena hace ya 8 años y el pasado mes de agosto fue reelegido en este cargo.
"La Institución Arbitral lamenta profundamente la partida de Alcides, asimismo el arbitraje del Magdalena y el fútbol colombiano en general", afirmó López.