Los héroes vuelven a casa

La escuadrilla acrobática de la fuerza aérea sobrevoló la emblemática avenida parisina.

Deportes - Int.
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La selección francesa de fútbol desfiló por los Campos Elíseos de París, en un verdadero carnaval del que participaron cientos de miles de fanáticos que festejaban el título mundial obtenido el domingo en Moscú.



Mientras el autobús descubierto de dos pisos avanzaba lentamente hacia el Palacio del Elíseo, sede de la presidencia francesa, la escuadrilla acrobática de la fuerza aérea sobrevoló la emblemática avenida parisina formando con sus fumígenos la bandera tricolor roja, blanca y azul. El avión que transporto de regresó a la selección francesa aterrizó en el aeropuerto Charles de Gaulle, al norte de París.

Allí los carros de bomberos del aeropuerto formaron un arco de agua de homenaje bajo el cual pasó lentamente el avión hasta el punto de detención.

El capitán Hugo Lloris, con el trofeo en la mano, y el seleccionador Didier Deschamps salieron los primeros del avión. Fueron recibidos por la ministra de Deportes, Laura Flessel, mientras el personal del aeropuerto cantaba “Merci les Bleus” (Gracias, Bleus).

A partir de esta llegada empezaba una agenda cargada para el equipo campeón del mundo.

En un autobús decorado con dos estrellas y con la mención “Campeón del mundo” se dirigieron hacia los Campos Elíseos.

Allí, cerca del Arco del Triunfo, transbordaron en el autobús descubierto con el cual recorrieron la emblemática avenida tal como hicieron hace 20 años, el 13 de julio de 1998, los Bleus campeones del Mundial organizado por Francia.

Legión de honor

Después del desfile, los Bleus fueron recibidos por el presidente Emmanuel Macron en el Palacio del Elíseo, donde varios jóvenes estaban invitados a presenciar la recepción oficial.Uno de los jugadores más esperados en París, además de ‘Grizou’, era sin duda Kylian Mbappé, quien a sus 19 años puede presumir ya de ser campeón del mundo y que acabó Rusia-2018 con cuatro tantos. Se convirtió en el segundo goleador más joven en marcar en una final del Mundial después de Pelé, que tocó el cielo del torneo en 1958.

 Croatas

Lejos de París, Zagreb era escenario de otra gran celebración popular, la de 100.000 croatas según la prensa local, que acudieron al recibimiento de la selección subcampeona del mundo.