Hace cuatro años Luis Guillermo Rodríguez abrió el espacio a los clientes de su gimnasio a la práctica deportiva del paddle y kayak, desde entonces son muchos quienes se han sumado a estas aventuras en familia. En lo competitivo ya son varios torneos nacionales realizados y la meta es albergar uno de talla internacional.
Por: Víctor Peñaloza
Redacción EL INFORMADOR
Fotos: Edgar Fuentes / Cortesía
Santa Marta tiene unas de las playas más bonitas del mundo, por algo es considerada 'La Perla de América'. Sus balnearios no solo son propicios para nadar o darse un ‘chapuzón’, sino que también se convierten en un gran escenario para el desarrollo de los deportes acuáticos.
Hace cuatro años, cuando Colombia estaba feliz por regresar a un Mundial de fútbol, que en esa oportunidad se desarrolló en Brasil; en Santa Marta, el gimnasio Fitco, capitaneado por Luis Guillermo Rodríguez, le abría una ventana más a sus clientes para el entrenamiento, la diversión y el compartir en familia: comenzaban las actividades de paddle y kayak en las playas de la Bahía, al frente de la Marina Internacional.
“Desde aquí del gimnasio, que está ubicado en la Marina, se observa un hermoso panorama, una playa con condiciones para muchas cosas y a nosotros se nos ocurrió la brillante idea de brindarle un nuevo espacio a nuestros clientes, el cual empezó como una actividad física más, pero que a lo largo de estos años se ha convertido en el compartir de las familias”, expresó Rodríguez.
Ya son tres los clubes que hacen vida en la Marina con las disciplinas del paddle y el kayak, los cuales en conjunto organizan las diferentes expediciones que realizan entre jueves, sábados y domingos, además de los distintos torneos que vienen efectuando en el año.
“Iniciamos con cuatro kayak para ocho personas. Al comienzo no hubo una buena respuesta del público, había grupos de cuatro, cinco personas, máximo ocho, y ya hoy en día se han vuelto un poco más constantes, ahora salimos grupos de 24, hasta 30 personas. El número va cambiando, a veces aumenta, en otras ocasiones baja, pero las personas dedicadas, quienes siempre asisten a las competencias, son cerca de un grupo de 30”, detalló el impulsor de estas disciplinas en la parte de la Marina.
Experto brindando el apoyo a los participantes
Para la práctica de estos deportes el club del gimnasio Fitco cuenta con personas expertas, quienes se encargan de adiestrar a los nuevos participantes y siempre estar vigilantes de todos en los distintos recorridos que realizan en las tres salidas semanales que desarrollan.
“Las salidas son grupales, tenemos un líder que es el que les enseña a quienes no tienen experiencia. Él está en constante comunicación con el grupo. Las condiciones climáticas son esenciales a la hora de practicar estos deportes, si hay mucha brisa, entonces es riesgoso y hay que tomar todas las previsiones”, indicó.
Los balnearios escogidos para practicar estos dos deportes acuáticos son Santo Cristo, Lipe, Playaca y la Bahía.
“Los experimentados usan más que todo el paddle porque es un poco más difícil, sobre todo si el oleaje es fuerte, hay que pararse firme en la tabla para no perder el equilibrio, igual incentivamos a que todas las personas lo prueben y aprendan”, señaló.
Los costos de los implementos
Luis Guillermo Rodríguez, propietario de los gimnasios Fitco y quien empezó con estas actividades, expresó que las tablas para la práctica de estos deportes tienen un valor que va desde los 400 hasta los 7.000 dólares -de millón 200 a 21 millones de pesos-.
“Hay tablas que son inflables, por lo general son las más económicas, pero tienen una vida útil corta. Hay otras que son todoterreno, de materiales más rígidos, que pueden estar alrededor de los 600 dólares -millón 800 mil pesos-.
En el caso de los kayaks, que por lo general son de plástico, están entre millón 500 y dos millones de pesos. A esto hay que agregarle los remos y los chalecos”.
Rodríguez expuso que ya ellos dieron el primer paso, que es incentivar este deporte en la ciudad, ahora trabajan en la organización de competencias nacionales, con el sueño de que Santa Marta albergue un evento de talla internacional, que incentivaría no solo al desarrollo de la práctica de esta disciplina, sino también una nueva ventana al turismo.
