Juegos hechos por el empuje de particulares

Antiguo Coliseo Menor en la Villa Olímpica Simón Bolívar. (Fotos: Archivo EL INFORMADOR)

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La visión de poner en Santa Marta los mejores complejos deportivos a la par de las ciudades más grandes de Colombia, fue el objetivo por casi una década de un grupo de ilustres personajes, gestores de la Villa Olímpica Simón Bolívar para los Juegos Nacionales de 1950.



Desde la consecución de la sede para Santa Marta de los XVIII Juegos Bolivarianos se abrió el debate sobre los escenarios deportivos que albergarían las competiciones. Hubo polémica sobre si remodelar lo ya construido o simplemente hacer sobre ellos nuevas estructuras. Al final la Administración optó por lo último.

Pero lo que se comienza a ver como los modernos complejos deportivos que mostrará la ciudad en noviembre, está comprometido con la visión que 67 años atrás hubo por parte de la dirigencia política local para que Santa Marta tuviera dignos sitios para las prácticas de las disciplinas.

Gran parte de lo que se organiza para los Bolivarianos  se erige sobre los cimientos que por décadas fueron sede de eventos nacionales e internacionales.

Y fue gracias a la visión de varios personajes del ámbito cívico y político, entre ellos don José Benito ‘Pepe’ Vives De Andréis, que la ciudad cuenta con una autentica Villa Olímpica, como pocas en Colombia y que aún se respeta con el paso de las décadas.



Del papel a la realidad

Bajo el gobierno del presidente conservador Mariano Ospina Pérez, fue designada Santa Marta para ser la sede de los VI Juegos Olímpicos Nacionales (como se le llamaba en la época). Joaquín Campo Serrano, personaje que velaba por los intereses de Ospina Pérez en el Magdalena, conformó un comité ejecutivo para la organización de las justas encabezado por Pepe Vives De Andréis, Eduardo Dávila Riascos, Simón Solano y Moisés Ponce, exitosos hombres de negocios y proclives al progreso y desarrollo de Santa Marta a mediados de la década los 40.

Entre el auxilio del Gobierno Nacional gestionado por el senador plateño Antonio Escobar Camargo y el aporte de la Gobernación del Magdalena, se logró un presupuesto de 950 mil pesos, cifra que según cuenta en sus memorias don Pepe Vives De Andréis “fue insuficiente” para concluir la gran cantidad de obras.

Fue tal el compromiso de culminar los escenarios con anticipación que varios hechos, considerados hoy como anecdóticos, tuvieron que suceder para lograr el objetivo.



A mediados de los años 40 cuando iniciaron la construcción del complejo deportivo, otra obra en marcha tuvo que paralizarse. Muchos de los materiales con que se estaba erigiendo el Teatro Santa Marta de la avenida Campo Serrano, fueron llevados hasta la Villa Olímpica.

Cuentan los periódicos de la época que el almacén donde guardaban el material del proyecto cultural tuvo que ser vaciado para abastecer los estadios en construcción. Esto durante la administración del Gobernador Armando Fuentes.

Aun con la ‘ayuda extra’ que tenían de los materiales sacados de otra obra, además del estire que se le hizo al dinero del presupuesto oficial, los recursos para construir un estadio de fútbol, otro de béisbol, una piscina olímpica y un coliseo,  no les alcanzaba.

En los archivos documentales reposan cifras de déficit superiores a los $250.000, la mayor parte acreencias con el gremio comercial de la ciudad de Barranquilla, de quienes recibieron un crédito y sin el cual no se hubieran efectuado las justas. Incluso, una deuda con el empresario José Benito Vives De Andréis por $68.000, que el Gobierno Nacional prometió pagar y nunca sucedió.

Aproximadamente 1.141 atletas (cifra récord para unas justas colombianas) participaron en la VI edición de los Juegos Nacionales, entre el 23 de enero y el 13 de febrero de 1950.

Un total de 12 departamentos fueron los que asistieron a la cita, participando en 16 disciplinas deportivas, siendo Cundinamarca la región con más medallas de oro obtenidas.

Vives De Andréis  destaca en sus memorias: “Considero que el comité organizador a pesar de todas las dificultades que se presentaron en la realización exitosa de los VI Juegos, salió airoso en la magna empresa y pasarán muchos años para que la ciudad de Bastidas vuelva a presenciar un certamen de tan grandes proporciones”.

Antiguo Coliseo Mayor “Edgardo Vives Campo”.

Un aparte interesante describe los tropiezos que vivieron: “Cuando iniciamos la dura tarea pensamos que la delicada misión se facilitaría con la cooperación y comprensión de la ciudadanía, pero precisamente, ahí fue donde radicó uno de los mayores escollos que encontramos en nuestro camino: nadie creía en la construcción de las obras, ni siquiera una voz de estímulo escuchamos los del comité. Hasta para venderle los materiales a este, encontramos resistencia.         


      
De nada valieron ante la decisión nuestra de iniciar las obras y en e sa línea inflexible permanecimos muy solitarios”.

La premura por la entrega de las obras concluidas y la falta de dineros, llevó a los miembros del comité a trazarse una disyuntiva, como lo cuenta José B. Vives De Andréis: “O los juegos se aplazaban indefinidamente, causando grandes perjuicios a los deportistas colombianos, o lo efectuábamos con los elementos que tuviéramos y en el estado en que se encontraban los estadios”.

Al final optaron por seguir adelante, coincidiendo con las pretensiones del Gobierno central, ya que por razones de “orden público” deseaban que se cumplieran los eventos deportivos, aunque no financiaran como era debido la realización de las justas.

Por: Mario Ibarra Monroy
Redacción EL INFORMADOR.

José Rafael Dávila, miembro del Comité de Delegaciones de los VI Juegos Nacionales, Santa Marta 1950.
https://www.youtube.com/watch?v=T5WuxnpgoE0
Por: Daniela A. García.
Redacciòn EL INFORMADOR

Entre el 23 de enero y el 13 de febrero 1950 se llevaron a cabo en Santa Marta los VI Juegos Olímpicos Nacionales, esos en los que participaron 16 delegaciones que compitieron en 12 disciplinas y fueron punto de partida para que la ciudad contara con una Villa Olímpica.

José Rafael Dávila, quien fue miembro del comité de delegaciones de las justas, ahora con 94 años, cuenta para EL INFORMADOR cómo recuerda lo que constituyó el primer magno evento deportivo que se desarrolló en la capital del Magdalena.

“Los juegos fueron extraordinarios, se vivieron con mucho júbilo, alegría y disciplina, fueron disfrutados por las delegaciones y los samarios de todas las clases sociales, porque fueron unas actividades muy plurales”.

“Ese evento tan importante, que fue el primero de esa magnitud en Santa Marta, se debió a la gestión de don José Benito Vives De Andréis, quien hizo todo para que estos juegos se dieran de la mejor manera”.

“Yo tuve la oportunidad de estar presente, porque fui nombrado para atender a las delegaciones en la parte social y debo resaltar que fue un evento en el que hubo mucho orden, precisión y puntualidad en todas las competencias”.

“Santa Marta lució muy bien como sede, la gente fue muy educada y estaba contenta y animada, gozando y festejando en cada uno de los eventos deportivos y sociales, que eran los primeros que se daban en la ciudad”.

“Ahora que vienen los Bolivarianos, hay que destacar que los Juegos Nacionales tienen que servir de ejemplo o modelo, porque no hubo desorden ni ningún tipo de problemas, por lo que los visitantes y los samarios quedaron muy contentos, Santa Marta quedó muy bien en su primer evento en esta categoría”.




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