Con los recuerdos intactos de la partida de uno de sus mejores amigos, Silvio Lizcano Cotes narró como su amigo de mil batallas a Líder Toledo Zelada, quien se ganó el adjetivo del caballero de la cancha, debido a la forma en que se expresaba fuera y dentro de ella, así mismo Silvio, quien se desempeñó como kinesiólogo en el año en que el cuadro samario se quedó con el máximo galardón que brinda el fútbol colombiano.
"Esta medalla que tengo en mi representa la tenacidad, el empuje, esfuerzo y sobre todo el compromiso que tenían hombres como Líder dentro del terreno de juego. Fruto de ello, es la estrella que hasta la fecha ha sido la única que ha conseguido", con estas palabras sentidas Silvio se refirió a su amigo que partir de hoy no estará con él, pero que siempre supo el gran aprecio que logró sentir hacia a él.
Una de las cosas que siempre fue desapercibida para algunos fue la historia del porqué, Líder Toledo escogió Santa Marta como ciudad para jugar y del porqué, se enamoró "en realidad es confuso, pero a las manos de él llegó una estampita con la imagen de la virgen de Santa Marta y atrás estaba impresa la oración de la misma, y aunque estaba en la actualidad jugando en Argentina, la primera oportunidad arribó a Santa Marta, y aquí se enamoró y también expresó que en este paraíso quería morir", agregó con palabras llenas de alegría por la oportunidad que le dio la vida por conocer a una leyenda del fútbol internacional.
Silvio, quien es conocido por su gran labor dentro del cuerpo médico, resaltó el acto simbólico que se le brindó a Líder en el día de su partida, realizada por los jugadores de las categorías menos, también señaló que el día cuando se cumplan las nueve noches organizarán una ceremonia especial donde estarán sus compañeros, amigos y exjugadores del año 68.
Por. Álvaro Quintana Mendoza
Redactor EL INFORMADOR
fOTO: Edgar Fuentes
