Cada vez que al mar, el cielo deslumbra,
convirtiéndolo en manso espejo de luz,
henchida el alma a tu cuerpo vislumbra,
mojado en olas de mar sin tragaluz.
Me acerco a ti, como la espuma al viento,
lento y en silencio, con amor y gozo,
beso tu cuello y te lleno de aliento,
al posar mis manos en tu regazo.
Siento a tu piel canela erizarse,
en cada caricia que mi boca hace,
y al encontrar tus labios mi ser gime
entre tus besos y olas, hasta perderse.
Llega al final la tarde iluminada,
como yo lo hago con tus espasmos de olas,
y volverá la noche aún enamorada,
para saciar mis ansias de ti, a solas.