Por la ladera forrada de viento,
entre rosales camino descalzo,
escudriñando al arco iris su aliento
y oteando entre las nubes, te calzo.
Miro tu rostro cual gota de lluvia,
que oculta al sol brillante y delicado,
tras la cortina oscura de la juvia,
mientras bebes el vino de tu agrado.
Soy ahora el vino tinto en tu boca,
degusto tus besos en cada sorbo,
entre delirios que mi ser aboca,
al perderme con el néctar que absorbo.
Recorro bajo tus enaguas sutiles,
me deslizo cual pez en la pecera,
bebiendo de tu ser miles sabores,
y dejar tu vino junto a mi vera.
Delicados tus pechos en mis manos,
suave caricia que al beso enloquece,
y borracho de ti con ecos de pianos,
anido en ti con mi amor que florece.