En estos últimos días el continente americano ha venido sufriendo terribles devastaciones con grandes pérdidas humanas y materiales.
Cinco huracanes consecutivos (Harvey, Irma, Katia, José, María), han azotado recientemente al Caribe, arrasando a países insulares y parte de los Estados Unidos y México. El pasado siete de septiembre un poderoso sismo de magnitud 8.2 en la escala de Richter, sacudió los Estados de Oaxaca y Chiapas en México, dejando al menos cien muertos y muchas pérdidas materiales. El martes diez y nueve del mismo mes un nuevo terremoto de magnitud 7.1 en la escala de Richter sacudió a ciudad de México y los Estados de Morelos, Puebla, Guerrero y Oaxaca. Pese que la intensidad fue menor al anterior, el desastre fue peor dado la superpoblación de la capital Manita.
Los desastres naturales han estado desde siempre; lo preocupante es que ahora se presentan con mayor intensidad, con el agravante de que según los pronósticos, estos fenómenos naturales se incrementarán cada vez más.
En las redes sociales por estos días han aparecido muchos comentarios achacándole estos acontecimientos a las profecías bíblicas, incluso mencionando citas específicas. Nada más ajeno a la realidad que estos comentarios.
Según estudios realizados con mucha seriedad por expertos, todo se debe al cambio climático que seguirá afectando al planeta negativamente.
El calentamiento global es una realidad presente y sus efectos también. Esto debido a las emisiones de bióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, por parte de las industrias y los vehículos, produciendo lo que se conoce como efecto invernadero. Para el que no sabe que es un invernadero, porque conoce poco el campo, voy a tratar de explicar de qué se trata. Un invernadero es un terreno poco extenso, cultivable, al cual se le coloca un techo trasparente con el fin de proteger al cultivo de bajas temperaturas y del viento, permitiendo que la luz del sol penetre y se mantenga una temperatura adecuada para las plantas. El exceso de CO2 en la atmósfera produce un efecto parecido, formando un techo que permite que el sol penetre a la superficie de la tierra, pero esta energía queda retenida sin poder volver al espacio, calentado al planeta.
El calentamiento global está trayendo graves consecuencias, como el deshielo de los polos y nevados, la extinción de muchas especies de fauna y flora, cambio en el régimen de precipitaciones, aumentado o disminuyendo la pluviosidad, entre otras afectaciones.
¿Cómo influye el cambio climático en los desastres naturales?
En la conferencia sobre fallas geológicas y geomorfológicas (climate forcing) de Londres en el 2009 se sugirió que el cambio climático podría sacar de balance y producir reacciones en la corteza terrestre como terremotos, Tsunamis y erupciones volcánicas.
El profesor de University College London, Bill Mcguire, sostiene que con la pérdida de hielo por el calentamiento global la corteza terrestre rebota, causando los terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas antes mencionados. De igual manera el calentamiento de los océanos potencializa a los huracanes volviéndolos más agresivos y destructivos, afirma el meteorólogo Mauricio Saldívar.
La destrucción del planeta es una realidad a la cual la humanidad debe mirar con más atención y preocupación. La tala indiscriminada de bosques y la contaminación ambiental, inducida por los afanes de dinero, terminarán destruyendo nuestro único hábitat, al que el papa bautizó como: Nuestra Casa Común.
En lo que concierne a cada uno de nosotros, creo que debemos poner cada uno nuestro granito de arena para conservar el planeta y pensar menos en las supuestas profecías bíblicas.
Por: Mario Durán Gallardo.
