Con la entrada en vigor del Convenio Internacional para el control y la Gestión de Aguas de Lastre y Sedimentos de los Buques (BWM), el próximo viernes 8 de septiembre, la Organización Marítima Internacional (OMI) establece una medida clave para la protección medioambiental encaminada a impedir la propagación de las especies acuáticas invasoras a través del agua de lastre de los buques.
Las aguas de lastre son masas de agua marina que los buques toman con el fin de mantener la estabilidad y un nivel de hundimiento adecuado. Las aguas de lastre pueden contener miles de microbios marinos; plantas y animales que son transportados por todo el mundo. Algunas de estas especies invasoras representan una gran amenaza en caso de que las aguas liberadas en el medio no sean tratadas en el puerto de destino, ya que las especies introducidas pueden generar pérdidas en la biodiversidad, desequilibrios en el ecosistema, problemas de salud pública y hasta pérdidas económicas.
Económicamente, alrededor del mundo se han registrado grandes pérdidas en las pesquerías y en general, en actividades relacionadas con la explotación costera de aproximadamente US$100billon/año. Adicionalmente estas pérdidas económicas pueden venir acompañadas de problemas en la salud pública y los ecosistemas. Tal es el caso de Perú en la década de los noventa, en donde se estimaron pérdidas de más de US$1000 millones en las exportaciones de pescados y mariscos y se convirtió en un problema de salud pública debido al brote de cólera introducido por medio del tráfico marítimo. En Colombia, por ejemplo, se estimaron pérdidas de alrededor de US$9000/ha/año en el caso del cultivo de camarón en Cartagena debido a la introducción del mejillón falso y el mejillón verde.
Teniendo en cuenta que Colombia posee dos mares y que la exportación de mercancías a granel, petróleo, minerales y otras materias primas es un componente fundamental en la economía nacional, se hace necesario que las instituciones competentes promuevan la investigación científica y técnica sobre la gestión del agua de lastre y más aún, que hagan cumplir y ejerzan a cabalidad con lo establecido en el convenio adoptando medidas más rigurosas para la reducción de la transferencia de organismos acuáticos mediante la debida gestión del agua de lastre. Es nuestra obligación como país mega biodiverso el proteger nuestros recursos.
