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“Moda sostenible, propuesta con criterio para el consumidor actual”

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El mundo enfrenta grandes transformaciones, cambios climáticos, sociales y demás, cada vez más notorios.

Por: Andrea Cruz Mejía
Por: Andrea Cruz Mejía
Parece ser que el planeta se mueve con la misma rapidez, con la que la globalización nos lo exige; esto conlleva a problemas que afectan los recursos con los cuales se mantiene la vida.

La industria textil, es uno de los sectores económicos más contaminantes. Provoca gran parte de la contaminación acuífera, los daños comienzan una vez elaborada la prenda y continúan cada vez que esta se lava en casa. Adicional, las sustancias químicas utilizadas en su fabricación afectan directamente la salud de los trabajadores; cáncer de piel, enfermedades hepáticas y del sistema digestivo son algunas de las consecuencias más comunes ocasionadas por esta situación.

Sin dejar a un lado, la huella de carbono ocasionada por los residuos de las fábricas, que genera un grave impacto ambiental.

La producción de ropa en grandes masas, el conocido término “Fast Fashion”, actúa como respuesta al consumismo excesivo por parte de los clientes, ofertando nuevas colecciones cada quince días. Acompañado por un bombardeo publicitario, a través de las redes sociales, donde se genera una ilusión de deseo y necesidad cada vez mayor, las personas quieren y necesitan lucir lo último en tendencia, pero sin digerir la indumentaria que llevan puesta.

Es así como la moda se convierte en “Moda Desechable”, el ciclo de vida de una pieza no sobrepasa más de dos meses, debido a la baja calidad de los materiales empleados.

Los precios bajos permiten adquirir cada vez más prendas, sin tener consciencia del modo de producción y desecho.

Ante esta problemática, comenzó a aparecer un nuevo modelo de consciencia, llamado: “Moda Sostenible”, ó “Moda Ética”, alternativa en la cual se busca generar un consumo responsable con el menor impacto ambiental y social posible.

La moda sostenible, plantea llegar a la raíz del problema y realizar un vuelco significativo. Preocupada por la escasez de recursos, el cambio climático, y la justicia laboral.

Lograr que una prenda sea sostenible, es volver a calidad sobre cantidad, es decir durabilidad en las prendas; controlando desde su proceso de creación hasta su venta y uso.

La utilización de insumos amigables con el planeta, fibras naturales u orgánicas como: el algodón, la lana, el lino, el bambú, algas, hemp, soya, ortigas, maíz, coco, piña, piel de pescado, y tintes naturales que dan color a los tejidos. Permite la posibilidad de reutilización y reciclaje de materiales, que combinados con otros brindan nuevos textiles.

En consecuencia, se reduce el consumo, generando un ahorro de agua y energía en las fábricas, lo que ayuda a condensar el uso de productos auxiliares contaminantes y la explotación de recursos.

Una de las principales prioridades de la moda sostenible, es el tema de derechos laborales y comercio justo. La idea es reconocer el valor de los trabajadores, y que estos reciban el pago justo, al igual que horas de trabajo ideales para ejercer su labor. Así como, una competencia sana entre marcas, donde se respete la calidad y propuesta de diseño de los productos, y el menor precio no sea el vencedor absoluto.

A nivel nacional, ya existen algunas empresas que le apuestan al enfoque ecológico y ético; el medio ambiente junto al ser humano resulta ser lo más importante. Empresas como Fabricato, Vélez y Cannon, cumplen con requerimientos ambientales, sistemas que reciclan agua y son capaces de producir energía por medio del movimiento en el interior de algunas plantas.

Diseñadoras como: Laura Añez y Carolina Sepúlveda, trabajan con fibras producidas responsablemente en Latinoamérica, como la alpaca boliviana, la seda colombiana y lino teñido con tintes ecológicos extraídos del café o la espinaca.

Ambas buscan enaltecer los recursos naturales, técnicas artesanales mediante la realización de tejidos y diseño exclusivo de sus piezas.

En conclusión, la moda sostenible, es un tema que aún está siendo tratado tímidamente, pero que cada día tiene más acogida a nivel nacional e internacional. La sociedad está creyendo en una moda pensante, que conecte con la naturaleza y respete el trabajo.

Los consumidores poco a poco se están quitando la venda de los ojos, dejando de ser ciegos, teniendo una iniciativa de participación en la forma de diseño de su vestimenta, analizando lo que llevan puesto y la razón de esto, pero sobre todo respetando, cuidando, agradeciendo el espacio en que habitan.


Escrito por:
Andrea Cruz Mejía
Autor: Andrea Cruz Mejía
Bloguero de EL INFORMADOR



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