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¿CRISIS EN LA POLÍTICA COLOMBIANA?

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Con todo lo polémico y controversial que puede resultar este tema, me atrevo a exponer mi punto de vista sobre el mismo.


Desde hace varios años se ha venido dando esta situación en la política nacional y local, pero me da la impresión de que en la actualidad las evidencias son más notorias, cosa que a todo colombiano le debe preocupar.

Para nadie es un secreto que Colombia ha sido gobernada desde siempre, por familias que se instalan en el poder y a dedo escogen a sus sucesores, refrendados por nosotros  (constituyente primario), que con toda la ignorancia del caso (eso sí, con la mejor intención), vamos a las urnas a depositar nuestro voto, por el candidato que más demagogia tenga. Aquí no cuentan las capacidades para gobernar, para administrar, para sacar adelante al país, al departamento o al municipio. Lo importante es tener al padrino que generalmente es un amigo, un familiar, o un gamonal rancio, que con sus artimañas ha logrado apoderarse de nuestras conciencias, por lo que tiene la seguridad de negociar con nuestros votos. (Yo te pongo en la presidencia de la república, en la gobernación del departamento, en la alcaldía del municipio, o en el puesto legislativo que quieras, pero si me das lo que exijo.)

A parte de este gamonal capacitado, formado y especializado en corrupción, capaz de comprar  entes como la Registraduría, entre otros, aparecen los empresarios encargados de capitalizar la campaña (inversión), y luego recoger los jugosos dividendos, o ganancias, para ser más exacto. En otras palabras, la política colombiana, desde hace mucho rato se desvió del objetivo principal, para convertirse en una gran empresa.

Pese a todo, siempre surgía por ahí, alguien que hacia proposiciones no tan utópicas, con ideas interesantes, atractivas y no tan ilusas, con las que uno podía soñar, con tan mala suerte que algunos de ellos fueron asesinados.

Lo que preocupa más en la actualidad es que estos personajes con ideas  y buenas propuestas, desaparecieron, quedando únicamente la ineptitud (por decirlo de algún modo), que tiene el camino expedito para seguir en el poder, utilizando sin ningún escrúpulo, pudor, o asomo de vergüenza, todo tipo de artimañas, al carecer de argumentos.

Se acercan las elecciones para la presidencia de la república en Colombia. Los políticos de turno, o más bien, los políticos de siempre, comienzan a moverse, buscando alianzas, rebuscando mentiras, haciéndose  acusaciones mutuas, incluso, sacando ese perverso discurso camaleónico que los caracteriza, de acuerda a cada circunstancia y necesidad.

No sé si me equivoque, pero no veo a un presidenciable que haya presentado una propuesta de gobierno seria y objetiva. (Algunos muy opacamente y sin ninguna posibilidad, se atreven a formular algunas postulados de gobierno). Como dije antes, solo calumnias, denuncias y promesas que alguna vez hicieron y no cumplieron. Los embarrados de corrupción hasta el cuello, ahora hablan de  honestidad, claridad y pulcritud. Los que frente a un tema específico, en el pasado dijeron NO, ahora en el presente, frente al mismo tema dicen SÍ. Lo que para algunos en el pasado fue su tema bandera, ahora esta misma propuesta no sirve.

Es tan despreciable y degradada la actual forma de hacer política, que podríamos pensar, en un inminente riesgo de salir de la mediocridad para pasar al caos total.Dividir la sociedad colombiana mediante el odio es una de las estrategias de moda, con la cual se le hace mucho daño al país, porque primero están los intereses personales que las necesidades del pueblo. Parece que estuviéramos retrocediendo hacia el odio partidista del siglo pasado.

¿Pero, qué podemos esperar de candidatos, con rabo de paja y sin una gota de vergüenza? ¿Será que el que ayer no hizo, hoy sí puede hacer? Me temo que  no.

El poder se ha convertido para muchos en una obsesión, y lucharán con pies y manos hasta vencer o caer vencidos, sin importar cómo; la tesis maquiavélica se impondrá por encima de lo que sea. Cualquiera que sea la corriente puesta sobre la mesa, siempre será la misma, con la única diferencia del nombre que le pongan.

¿Quién de los “honorables padres de la patria” ha presentado una propuesta  confiable para erradicar la pobreza, mejorar la salud y la educación, los servicios públicos, la conservación del medio ambiente, entre otros? Que yo sepa, nadie.

Las únicas preocupadas por los macroproblemas que se avecinan son las comunidades que de una manera responsable, se están oponiendo a la explotación minera, por el grave daño ambiental que se genera, mientras los gobiernos expiden licencias a diestra y siniestra, a las multinacionales para que acaben con el ecosistema. Los profesores que luchan con paros justificados para que la educación pública no desaparezca. Los campesinos que  exigen tierras y créditos para que su estadía en el campo sea sostenible. Y así todos los gremios, luchando por algo que es obligación del Estado. Pero los candidatos no dan muestras de comprometerse a trabajar por una patria más justa. Solo para el DANE, Colombia marcha sobre ruedas, tapando las falencias de los malgobiernos, que no parecen tener fin.

Colombianos, es el momento para entender que Colombia atraviesa por una de las peores crisis políticas de los últimos años, con una sociedad polarizada que raya con el fanatismo. Depongamos los odios y las rencillas políticas. Entendamos que estos ídolos a los que defendemos con capa y espada, jamás se jugarán el pellejo por nosotros. En nosotros está el futuro de la Nación. Sin fanatismos ni apasionamientos, pensemos con cabeza fría, que es lo que más le conviene a nuestra querida Colombia.


Escrito por:
Mario Durán Gallardo
Autor: Mario Durán GallardoWebsite: http://mariodurangallardo.blogspot.ca/
Bloguero de EL INFORMADOR. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.



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