SANTA MARTA RUMBO A LOS 500 AÑOS

FALTAN:

Proliferación de iglesias cristianas en Colombia: ¿fe, fanatismo o intereses económicos?

Blogs
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


Después del año 1.991 la nueva Carta Política de Colombia decretó la libertad de culto en el país. Desde entonces, las iglesias evangélicas se han incrementado de una manera impresionante.

Por Mario Durán Gallardo

En Colombia el Ministerio del Interior está recibiendo un promedio de diez solicitudes de licencias para crear nuevas iglesias, cada 24 horas.

El fenómeno tiene muchas interpretaciones por parte de sus fieles: es que la venida del Señor está cerca, es que Dios está recogiendo a su iglesia, es que se está cumpliendo la Palabra de Dios. (Id por todo el mundo y predicad el evangelio. Mateo 28,19, Marcos 16,15).

Sea lo que sea, en la actualidad encontramos iglesias por todas partes: en un garaje, en una casa de familia, en un lote vacío etc.

Mirándolo desde un punto de vista superficial (a groso modo o a vuelo de pájaro, como solemos decir), podemos concluir que es muy bueno para la sociedad, porque el Cristianismo es la doctrina más sana que podemos encontrar en la actualidad, puesto que se promueven los valores éticos y morales y se enfatiza principalmente en el amor, tan embolatado en los últimos tiempos. Pero, ¿estas iglesias sí predican las enseñanzas de Jesús? Me queda la duda. ¿Dónde está el soporte de mi duda? Sencillamente en el vivir de cada día.

Tantas injusticias veo por parte de pastores (no todos), contra sus fieles, que me llevan a comprobar que sus enseñanzas están muy lejos de ser el mensaje de Jesús.

Parece que la Biblia resultó ser un libro excelente para negocios rentables, por lo que muchas personas están fundando estas iglesias. Los nuevos pastores son generalmente de una iglesia, que se retira para montar su propio negocio.

Ante la facilidad de conseguir una licencia para funcionar y la poca exigencia académica para ser pastor, cualquiera puede formar su propia congregación. Conozco infinidad de pastores que no han cursado siquiera el quinto año de primaria. Los conocí como jornaleros en el campo, vendedores ambulantes, entre otros oficios. El pastor solo necesita saber leer y memorizar parte de la biblia, para pararse al frente de una comunidad ávida de encontrar solución a sus problemas (Enfermedad, pobreza, maltrato intrafamiliar etc), y decirles el discurso preconcebido, que generalmente es el mismo en todo momento y  lugar.

La estrategia para conseguir adeptos es muy sencilla. Abordan a la persona y le dicen palabras específicas como: Dios te ama, Dios quiere salvarte, Dios tiene grandes cosas para ti, Cristo viene pronto, si no te conviertes vas al infierno, ya no sufras más, el Señor te soluciona todos tus problemas. Ante tan tentadora propuesta, la gente corre a recibir todo lo que supuestamente el Señor le va a dar cuando se matricule (por decirlo de  alguna manera) en la iglesia. Acto seguido, la tarea de fanatizarlo e intimidarlo con el infierno, si se retira. Una vez fanatizado el creyente, el trabajo está culminado, dado que el fanático cierra los ojos y se tapa los oídos para no oír ni ver nada diferente a lo que le diga su líder religioso. Este líder es consultado para todo: conflictos familiares, realización de negocios, realización de viajes etc. ¿Será que este señor, con toda la ignorancia del mundo, puede dar orientaciones certeras? Ellos afirman tener la asistencia del Espíritu Santo, por lo que no necesitan conocimientos en ninguna materia. ¿Quién puede probar esto?

Lo cierto es que muchos líderes de estas congregaciones se han, y se están volviendo multimillonarios con los aportes de sus seguidores, a manera de diezmos, ofrendas, siembras, primicias, y quien sabe cuántas cosas más, se estarán inventando para vaciarle los bolsillos a los incautos, con la promesa de que Dios los bendecirá con mucho dinero, salud, larga vida, éxitos y bienestar general. ¿Tendrá asidero esta afirmación?

Es impresionante ver como algunos pastores descaradamente recogen prendas de oro, cheques, relojes, celulares, mientras van incitando a la gente con gritos y aleluyas. De esta manera se convierten en estafadores a plena luz del día y en presencia del que sea, amparados en la libertad de culto.

A mi modo de ver esto es un delito grave, que más temprano que tarde, la ley debe pronunciarse. Considero que esta libertad de culto, está en mora de ser reglamentada, para evitar que avivatos sigan estafando a la gente con artimañas y mentiras.

Todo el mundo conoce, o por lo menos ha oído hablar de pastores colombianos multimillonarios, que tienen sus imperios económicos en el exterior y van a vacacionar a los lugares más exóticos y costosos del mundo, mientras sus feligreses literalmente se mueren de hambre.

Quizá digan algunos: ¿quién los manda a ser tontos? Los problemas no tienen distingo de raza, sexo, condición social, por lo que una persona desesperada (rica o pobre), busca una salida a su conflicto, y en las iglesias ofrecen solución para todo, es normal que la gente busque de alguna manera, apoyo psicológico. Lo que no se dan cuenta es que el lavado de cerebro los lleva como borregos, detrás del “mesías” que les desocupa, desde los bolsillos hasta las cuentas bancarias.

Hago la claridad;  no son todos. Muchos actúan de buena fe, pero aquí no se trata de denunciar lo bueno, porque lo bueno no se denuncia, se aplaude. Pero sí, ponerlo en conocimiento de la gente y pellizcar a las autoridades, que son muy tolerante ante los abusos de los vividores. Reitero, no podemos culpar a la gente estafada; ellos llegan a esas congregaciones por algún motivo. Unos sienten que sus vidas están vacías, y desean encontrar la felicidad y el descanso espiritual, otros agobiados por enfermedades, pobreza, problemas familiares, otros por miedo de ir infierno etc.

Antes de aceptar cualquier invitación debemos utilizar nuestro cerebro y pensar con seriedad, para tomar una decisión acertada.


Escrito por:
Mario Durán Gallardo
Autor: Mario Durán GallardoWebsite: http://mariodurangallardo.blogspot.ca/
Bloguero de EL INFORMADOR. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.



Publicidad