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El fin a una guerra

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Se habla en Colombia por estos días y, precisamente hoy, del "fin de la guerra". Cualquiera caído del zarzo se imaginaría que Colombia, por fin, termina una "guerra" de más de 50 años, algo inaudito y que ninguna otra nación de estos tiempos podría sostener nunca jamás.


Sin embargo, con los pies sobre la Tierra, podemos decir que no es así. No es una guerra contra otra nación o una lucha armada entre 2 o más naciones o entre bandos de una misma nación, no.

Fue una guerra que sostuvo un grupo armado contra los gobiernos de este país y la cual se inició como una supervivencia por parte de unas cuantas personas que ni siquiera pisaron una escuela y la cual, después, se fue idealizando o tomó un ideal comunista.

Los más perjudicados de esa "guerra" que se prolongó en el tiempo por su característica de asalto, sin duda, fueron esos gobiernos y sus patrocinadores: grandes terratenientes, políticos tradicionales, ricos y campesinos pobres, aunque estos últimos sólo perdieron vidas, no dinero y vidas como sí lo hicieron los primeros mencionados.

Para el pobre de las ciudades, en cambio, esa "guerra" sólo la vivió por las noticias en los medios de comunicaciones.
Aunque la palpó más de cerca después, cuando los ricos y gobiernos, decidieron "combatir" a los guerrilleros a su manera, creando grupos armados de mercenarios y los cuales empeoraron más la situación en el país, pues el derramamiento esporádico de sangre en los campos se trasladó a las ciudades.

No obstante, este "fin de la guerra" en Colombia no significa precisamente que ya no habrá más derramamiento de sangre, no. Acuérdense que en este país aún existen otros bandos delincuenciales tan poderosos como las Bacrim y contra las que los gobiernos, tanto el actual como los que vengan, combatirán siempre. De modo que la "guerra" no termina.

Concluye sí la "guerra" contra una de las más poderosa y numerosa organización ilegal del país, que siempre se mantuvo por los campos, pero no hay que olvidarse que quedan muchas otras, como las Bacrim y el Eln y las que, probablemente con el transcurrir de los años, saldrán a relucir.

Es como si acabáramos la guerra contra Estados Unidos, pero seguiríamos en guerra contra Venezuela, Perú, Ecuador, Brasil y Panamá, un ejemplo parecido.


Escrito por:
Alvaro Cotes Córdoba
Autor: Alvaro Cotes Córdoba
Periodista – Bloguero de EL INFORMADOR



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